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Crítica de cine

David Simon en la banlieue

"No hay malas hierbas ni malos hombres. Hay malos cultivadores." La frase de Victor Hugo citada al final del filme es su tema principal, una versión extremadamente libre de la obra del escritor galo. Comparte apenas el título y el trasfondo de desigualdad.

Las banlieues son los barrios bajos franceses desde la posguerra mundial, mastodónticos edificios de infraviviendas en los extrarradios de las urbes. Los protagonistas del filme son un trío de policías anticrimen. Se creen polis buenos porque patrullan de día a cara descubierta, con chalecos antibalas y limitado acopio de armas, frente a los rambos armados hasta los dientes del turno de noche. Uno de ellos (Bonnard) es novato, otro (Zonga) es de origen africano, el tercero (Manenti) es el líder del grupo. Los dos veteranos han comprendido que es más fácil contener la violencia latente del barrio, en el que conviven africanos, árabes, gitanos y algunos blancos tirados, con mano izquierda, apoyándose en los líderes propios de cada grupo étnico. Un incidente mínimo aunque no nimio, un pelotazo de goma a la cara de un rapaz que acababa de robar un cachorro de león, inflama al barrio y muestra el alma de cada uno de los policías. Como el director, Ladj Ly, proviene de una de esas banlieues, muestra con hiperrealismo su problemática. Con gran mayoría de actores aficionados, Ly no carga las tintas dramáticas, como Audiard en Dheepan, sino que adopta un tono similar a la serie The Wire, ofreciendo un panorama y conclusión similares: Sin buenos cultivadores esos barrios, esa personas, seguirán como en la época de Victor Hugo, dejados de la mano de dios.

Los miserables

****

Nacionalidad: Francia, 102 min.

Director: Ladj Ly.

Actores: Damien Bonnard, Alexis Manenti, Djibril Zonga.

Cines: Augusta, Ocimax.

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