Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Faltó una B

Existe una cita popular entre los melómanos según la cual hay tres B en la historia de la Música: Bach, Beethoven y Brahms. Y añadiría Beatles, pero esa es otra historia.

Pues bien, en el programa del pasado jueves en el Auditorium, de las tres solamente faltó una, la B de Bach, pues Brahms en la primera parte, y Beethoven, en la segunda, llenaron toda la sesión de buena música. La mejor, diría, pues ese concierto para piano del compositor de Hamburgo está entre las obras maestras de su historial sinfónico y sin duda la Séptima beethoveniana es del todo sublime.

Gerhard Oppitz és uno de los pianistas que pueden abarcar con rigor casi todo el repertorio, aunque es con Brahms donde el solista se siente especialmente cómodo, lo demuestra la grabación de toda la obra pianística. Así que para él, ese monumento que es el Concierto número 2 es partitura muy conocida y estudiada (existe una grabación con Colin Davis, sumamente recomendable). Por tanto el resultado obtenido en la sesión que comentamos reafirmó las expectativas creadas entre los que seguimos al solista alemán y que ya aplaudimos su Emperador hace dos años en Bellver. Oppitz tiene un sonido potente que hace que, también en los forte orquestales, suene perfectamente, por encima del conjunto instrumental. El fraseo es excelente y en los arpegios soberbio.

La orquesta siguió en todo momento el nivel del pianista, que agradeció al final las diferentes aportaciones solistas, en especial la del violonchelista Emmanuel Bleuse.

Ya en la segunda parte, Beethoven no defraudó. La interpretación, quiero decir, pues Beethoven solamente defrauda cuando se interpreta mal y no fue el caso de nuestra Simfònica, que supo leer al detalle los entresijos de una partitura inmensa y que permite múltiples visiones. Excelente el precioso Allegretto y muy explosivos los dos movimientos finales, que no dejan respiro y dan ganas de levantarse y empezar a bailar. No es casual el sobrenombre que dio a esta sinfonía Richard Wagner: Apoteosis de la danza.

Compartir el artículo

stats