La galerista catalana Maribel López es la cuarta mujer al frente de la feria artística más relevante del país, ARCO. Tiene ideas nuevas para algunos programas de la cita que se celebrará en febrero de 2020, pero apuesta por la estabilidad de lo que ya funciona. Este año, una nueva galería mallorquina, la Fran Reus, se sumará al plantel de las que vienen participando en estos últimos años.
P ¿Sería posible ampliar el programa de coleccionistas de ARCO a iniciativas como la Nit de l'Art?
R Iniciativas como la Nit de l'Art deben servir para que esas personas con interés en el arte acaben siendo coleccionistas y terminen comprando en ARCO, que es una plataforma muy importante. Entre todos debemos explicar lo importante que es coleccionar arte: tiene una vertiente privada de disfrute personal, pero también una parte de responsabilidad hacia el legado de nuestra propia cultura. Si con esta iniciativa, que es simple y directa, conseguimos que más gente se interese por el arte creo que estamos en muy buen camino para conseguir que haya más coleccionistas.
P ¿Le interesan las periferias como Mallorca?
R Sí. Pero a pesar de ser una isla, Mallorca tiene una posición única e internacionalidad. Gente de todo el mundo viene aquí. Es algo que se ve en los programas de las galerías mallorquinas. Tienen a muchos artistas internacionales y eso se ve también en las exposiciones de la Nit de l'Art. Aquí en la isla hay un buen número de galerías haciendo trabajos diferentes. Cuando se dan diferentes grados de investigación, desde una galería con artistas muy jóvenes a otra con artistas más consagrados, es porque hay un espacio más sofisticado y complejo de lo que desde el propio lugar se puede ver.
P Atendiendo a esa internacionalidad, ¿sería posible en la isla una feria de arte contemporáneo?
R A nivel de público, por número, sí. Por contexto, no lo sé, no lo conozco tanto. Eso sí, trabajando para una feria que cumple 39 años y viendo cómo las galerías, los coleccionistas y nosotros mismos estamos saturados de ver y conocer tantas ferias, no sé si una feria sería lo más adecuado, hay otros formatos. Y este formato de ver arte en las galerías me parece que es muy bueno y que tiene una gran tradición aquí.
P ARCO ha tendido muchos puentes con Latinoamérica, pero no lo ha hecho con uno de los mares que baña sus costas, el Mediterráneo, núcleo central de los conflictos contemporáneos. ¿Va a remediar ese olvido en su etapa como directora?
R Es una de las ideas. Sí creo que hay que analizar el Mediterráneo y que es muy interesante. La tradición de la relación con Latinoamérica es algo que está muy insertado en el ADN de ARCO. En todos estos años, hemos hecho un bloque muy claro de investigación con los países invitados, pero es algo que viene de muy lejos. Sobre la cuestión del Mediterráneo, no tengo resuelto todavía cómo acercarnos a todo eso ni de qué agentes debemos ir de la mano.
P La de 2020 va a ser la primera feria que dirija usted sin Carlos Urroz. ¿Qué planes tiene?
R La feria tiene que ser un lugar bastante estable. Ha costado mucho esfuerzo llegar hasta este ARCO que ahora vemos. Ya tenemos casi todo el proyecto de galerías y darme cuenta de que galerías muy buenas quieren venir a la feria para mí significa tener que trabajar para que funcione muy bien a nivel comercial, no sólo a nivel de contenidos. Y que esa estabilidad se mantenga. Las cifras comerciales en los últimos años han ido creciendo. Sé que la feria va bien porque galerías muy buenas vuelven. Y en este sentido el mercado necesita mucha estabilidad. Por eso me centraré más en lo que la feria necesita que en mis propias inquietudes. Pero sí habrá pequeños gestos. El programa invitado de este año no es un país. Este año la idea que le lanzamos al equipo curatorial fue la figura de Félix González-Torres. Partir de un artistas que muere joven y que habló de la enfermedad, del sida, de las diferencias, del género, de los cuerpos no hegemónicos. Su obra no es lo que va a estar presente sino su influencia en artistas del presente. En esta sección, sí me voy a permitir más innovación y pensamiento.
P ¿Cuál es el peor enemigo del arte contemporáneo?
R El miedo a preguntarnos y pensar que ya lo sabemos todo, y que si esto no lo sabemos es porque no está bien. El arte sufre cuando nos cerramos a comprender al otro y a hacernos preguntas.
P ARCO ha estado envuelto en polémicas de censura.
R Fue una situación que no pretendía ser censura pero es lo único que se podía comprender en ese momento. Pero yo creo que eso está pasado. Estoy tranquila y segura y pienso que no volvería a pasar más. Estoy convencida. Aquello fue una situación muy particular. El año pasado no sucedió nada con la pieza de la que todo el mundo hablaba [el ninot del Rey].
P ¿Lo de Presos políticos no fue diferente?
R Fue un error retirar esa obra. Fue quitar una pieza de la feria. Estoy convencida de que eso no volverá a pasar.
P ¿Las galerías deberían volver a ser espacios de contrapoder?
R Pensar en arte contemporáneo es ejercer de algún modo el contrapoder. Intentar llegar lejos en lo que uno intenta decirte ya te está haciendo pensar de otro modo. Esa apertura de mente es lo que nos puede llegar a hacer personas más críticas con nuestro entorno.
