El Festival de Teatre Visual, Ciclop 2019, cerró ayer su cuarta edición después de tres días de representaciones. Hasta 15 propuestas diferentes de teatro visual, danza, performance y nuevos lenguajes escénicos, han conformado el programa de este año que se despidió del público con el proyecto social La Nit Canalla. Creado en 2016, el certamen sineuer ha conseguido enganchar a un público, cada vez más numeroso. Con el cartel de “no hay entradas” colgado en el 80% de los espectáculos, la ocupación del 20% restante no fue nada despreciable y se situó en el 90%.

“Nos fascina comprobar que la sed de espectáculo y de vivir experiencias nuevas en artes escénicas ha aumentado, y continúa haciéndolo, desde el primer Ciclop. Aquel primer experimento que invitaba a los espectadores a adivinar las esculturas vivas de Olivier de Sagazan del Ciclop 2016 despertó un brote de interés en el público que nunca había visto nada fuera del teatro convencional. El hambre artística de los asistentes ha ido creciendo, hasta encontrarse este año con el arte audiovisual digital de Martin Messier o la sacudida escénica de la compañía Baal, que incluso los puso a bailar en escena”, dice el codirector del festival, Biel Jordà. Por su parte, el alcalde de Sineu, Tomeu Mulet, valoró positivamente el impacto que el festival genera en el pueblo: “El equipo de gobierno celebra que la sociedad impulse actividades que promueven la cultura y aportan riqueza a la economía local. Es una satisfacción ver cómo se ha consolidado este festival de teatro, que acerca a Sineu destacado talento del exterior y que impulsa el nombre de Sineu”.

Llamó la atención el interés que despertaron los espectáculos procedentes de Quebec, región invitada de este año. Las entradas para Se Prendre se agotaron días antes de comenzar el festival, la presentación del trabajo de Marie Béland obtuvo muy buena acogida y el indiscutible protagonista del viernes fue Martin Messier y su concierto-performance de arte digital Field, uno de los espectáculos más ovacionados del Ciclop 2019, junto con Crotch, de la compañía local Baal.

En la Carpa del Circ Bover no faltó el ir y venir de público, muchos de ellos niños, intentando conseguir entradas para Fràgil (cía. Clownidoscopio) e Insomni (Dudu Arnalot), que en la función del sábado obligó a ajustar la carpa al máximo de asistentes, unos 230. También el espectáculo anual del pueblo, Cuit i cru, fue un éxito absoluto.

Más presencia en el circuito balear

La buena acogida de la cuarta edición del festival hace que el evento, ya arraigado dentro del circuito isleño, tenga perspectivas de crecer, sobre todo en pases, “porque no nos gusta dejar a nadie en la puerta por falta de propuestas o de aforo”, concluye Marta Barceló, codirectora de Ciclop.

CONTENIDO_RELACIONADO

  • El IV Ciclop pone el foco en Quebec
  • Teaser del IV Ciclop, festival de teatro visual de Sineu

FIN_CONTENIDO_RELACIONADO