Decir que el último espectáculo de Letsgo -la productora de The Hole o Dirty Dancing - es un cabaret habanero es quedarse corto. Hay mucho cabaret, cierto -aunque menos canalla de lo que cabría esperar- y mucho de ese aroma que desprende la Habana vieja, pero también otros elementos que, con más o menos presencia, atraviesan un espectáculo de dos horas y media en el que no sé si se lo pasa mejor el público o los propios artistas (y eso es bueno). De entrada hay circo, vistoso, eficaz, de acrobacias, piruetas y exhibiciones anatómicas. Pura plástica. Y también topamos con el humor, más o menos fácil, efectivo a juzgar por las carcajadas del público, que pone en escena Manu Badenes -Club de la comedia en estado puro-; y hay danza, y música genuinamente cubana -el 'son'-, en forma de boleros y carisma, el que desprende José Alejandro Bolaños 'Capullo', por ejemplo. Y por complicado que parezca integrar todos esos ingredientes, la cosa funciona; quizá más como vertiginosa concatenación de números musicales, cómicos y circenses que como un corpus unitario al que un guión construido sobre bastantes tópicos y cogido con pinzas pretende dotar de cierta coherencia.
Se percibe ese flow tropical en la energía que desprenden los más de cuarenta intérpretes que llenan el escenario de la carpa de Son Fusteret, y quizá cierta nostalgia de unos tiempos donde La Habana molaba mucho -sobre todo si tenías dinero-, pero se proyecta, ante todo, la intención de ofrecer un show vibrante, una evasión certera y para casi todos los públicos.
Hotel Habana show
Son Fusteret
***½
Dirección artítica y coreografía: Chevi Muraday. Dirección circense: Circo Nacional de Cuba
