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Don Quijote sube al escenario del Principal a bailar jotas y fandangos

La Compañía Nacional de Danza presentará mañana y el domingo una de sus producciones más exitosas

Don Quijote sube al escenario del Principal a bailar jotas y fandangosc. darder

Se acaba la 33 Temporada d'Òpera i Dansa del Teatre Principal, pero lo hace por todo lo alto. El espectáculo elegido para cerrar este ciclo es la producción de la Compañía Nacional de Danza (CND) Don Quijote. Se estrenó en 2015 y lleva desde entonces conquistando auditorios y teatros tanto nacionales como internacionales. Se trata de una obra de ballet clásico llena de color y con toques muy españoles: en el escenario hay toreros, gitanos y majos goyescos. Aunque las entradas están prácticamente agotadas, el ballet podrá verse este sábado, 15 de junio, a las 20 horas, y el domingo, 16 de junio, a las 19 horas.

La historia se basa en un episodio del segundo volumen de El Quijote de Cervantes. Así, más que en las aventuras de Don Quijote y Sancho, la acción se centra en los amores de Quiteria y Basilio, a pesar de que el padre de ella, Lorenzo, quiere casarla con el noble Camacho.

La creación la firma el director de la CND José Carlos Martínez, que también fue bailarín. Ayer, en la presentación de la obra, explicó que su propuesta está basada en la coreografía original de Marius Petipa, una de las más populares. El coreógrafo francés encargó la música al compositor austríaco Ludwig Minkus, quien incorporó en la partitura estilos como el fandango, el bolero, la jota o la seguidilla dentro del contexto musical del ballet clásico.

Sin embargo, el director de la CND asegura que la obra que llega al Principal también bebe de otras versiones que él mismo ha bailado, de todas sus "experiencias". Así, mientras que la de Petipa, la original, es una coreografía de "ballet clásico que intenta imitar la danza española", Martínez ha intentado que su versión, que supone la vuelta al ballet clásico de la entidad después de 25 años centrada en danza contemporánea, mantuviera el carácter de obra clásica "pero que fuera española de verdad". Lo consigue utilizando ciertos ritmos, braceos y en la manera de abordar los pasos. "Es una función muy viva y dinámica", remarcó el coreógrafo.

Asimismo, comentó que en el ballet original, Don Quijote solo aparecía como personaje "cómico". Por contra, en la propuesta de Martínez, el hidalgo de Cervantes está dotado de una mayor "profundidad" y de más "poética": "Diseñamos un paso a dos con Don Quijote y Dulcinea que simboliza la búsqueda del amor", apuntó.

Números musicales ligeros

La Orquestra Simfònica de Balears participará en esta producción interpretando la partitura de Minkus. Al frente de su dirección estará Manuel Coves, que subrayó la diferencia que existe entre trabajar para una obra lírica, como una ópera, y poner música a un ballet, como es el caso de Don Quijote. "Es más complicado para una orquesta. En la ópera tenemos un feedback con los solistas. Formas un equipo con ellos. Con el ballet no es así, por eso tienes que ser muy preciso, tiene que haber una confianza ciega con los bailarines", afiló Cuevas, que tiene una amplia experiencia en dirigir ballet. En este sentido, valoró y celebró el trabajo de la Simfònica ante un reto como este.

También detalló que la obra se compone de 47 números musicales ligeros, frescos, "divertidos de oír" y que sirven para "hacer pasar un buen rato" al público, que sale del teatro tarareando las melodías más pegadizas de la función.

Finalmente, el director de la Compañía Nacional de Danza, que se despide como tal después de ocho años al frente, recordó que la entidad es una "escuela abierta" y que por ese motivo ha programado para hoy a las 17.00 horas una visita a los ensayos de la obra de hasta un centenar de alumnos de escuelas de danza de las islas. El propósito es fortalecer el interés por la danza entre los más jóvenes, y crear el público del futuro.

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