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Entrevista

Joaquín Camps: "Es fundamental pero no suficiente que las novelas entretengan, también deben hacer pensar"

"El olvido llega a materializarse en una silueta física y nos impide tener nuestras vidas si no vencemos el pasado"

Joaquín Camps (Gandía, 1973) presenta hoy 'La silueta del olvido' en Llibres Colom. Nines Mínguez

El dolor siempre deja huella. Así lo advierte Joaquín Camps en su thriller psicológico La silueta del olvido (Planeta), un libro que ha conquistado el Premio Azorín de Novela 2019. Esta trama intrigante, con una prosa ligera pero repleta de guiños y cargas de profundidad invadirá este viernes a las 19 horas Llibres Colom. El también catedrático en la Universidad de Valencia, aterriza en Palma con La silueta del olvido, un título que no es baladí.

"Hace referencia a cómo el olvido llega a materializarse en una silueta física y nos impide, si no conseguimos vencer todo el pasado, tener nuestras vidas. De hecho, es una reflexión de gente que vive anclada al pasado y gente que consigue superarlo", desgrana el también autor de La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, que tiene claro que la voz del escritor debe servir para entretener pero también para hacer reflexionar. "Quiero que mis novelas entretengan", sentencia. "Es fundamental porque yo como lector lo exijo pero no creo que sea una condición suficiente, además, hace falta que hagan pensar", añade. "A través de los personajes intento hacer pensar al lector. Plantearle dilemas morales como qué haría si se encontrara en esta situación. A esto me gusta jugar con el lector", confiesa Camps que adelanta que La silueta del olvido es una novela policíaca en la que una inspectora (Claudia Carreras) tiene que resolver un secuestro (el de Lara Valls, hija de una influyente familia valenciana).

En este proceso, prosigue, la inspectora se descubre un poco más a sí misma y ve que tiene más similitudes de las que pensaba con la secuestrada. "Es un libro de intriga pero también de personajes porque es una novela policíaca de corte psicológico porque me gusta profundizar bastante en la construcción del personaje. Pasan cosas pero sobre todo pasan personas", desgrana. "Los personajes se transforman en personas", advierte el autor de este thriller de personajes en el que "nada es lo que parece".

Y al hablar de personajes, la novela nos presenta a la inspectora Claudia Carreras que "a pesar de su apellido, paradójicamente, es una policía coja. Además es coja en función de su estado emocional, es decir, la cojera física es una metáfora de su cojera emocional", detalla el escritor, que recuerda que Claudia Carreras se recrea en el recuerdo de una relación fallida. "Ha tenido un percance sentimental, por eso, escapa de Madrid dejando atrás sus fantasmas pero los fantasmas se van con ella en la mochila y en Valencia tiene que enfrentarse a ellos", explica.

El autor también nos habla de Héctor Santos, "un periodista que por circunstancias de la vida y laborales acaba prostituyendo su profesión". No tiene escrúpulos y su búsqueda de la noticia lo convertirá en un pelele. "El encuentro con Claudia le hace replantearse cosas a nivel laboral y personal", avanza su creador. "Como todos los personajes va evolucionando en la novela", deja caer Joaquín Camps que decidió presentarse al Azorín bajo el seudónimo de Víctor Palmer con Recordando olvidar. Lo conquistó por unanimidad del jurado por su maestría al describir sentimientos y dar profundidad a los personajes.

Originalidad

"El premio también me lo dieron porque es bastante original narrativamente hablando. La voz del narrador es un personaje más, no es una voz narradora neutra y eso sí que ha sorprendido y funciona bastante bien", razona el escritor, que reconoce que el Premio Azorín es "una gran alegría y una gran sorpresa porque es el primer premio en el que me he presentado y lo he ganado. Estoy muy agradecido y muy orgulloso de que hayan confiado en mi novela pero he de confesar que el premio supone una gran responsabilidad. Antes escribía sin que nadie esperara nada de mí y ahora me doy cuenta de que la gente espera algo. Espero no decepcionar", explica. "Bienvenida la responsabilidad", añade entre risas, porque "un premio como el Azorín es un trampolín muy grande".

"A nivel personal es muy halagador y a nivel de promoción es una plataforma importante que abre muchas puertas", celebra el autor de La silueta del olvido y de La última confidencia del escritor Hugo Mendoza que es catedrático en la Universidad de Valencia. Su campo principal de investigación es el comportamiento humano en las organizaciones y ha publicado numerosos trabajos científicos.

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