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Un elixir "milagroso"

L'elisir d'amore es una de las óperas cómicas más conocidas del repertorio. O mejor dicho, la que tiene una de las arias más conocidas del repertorio: Una furtiva lacrima, que canta el tenor protagonista en el segundo acto y que han incorporado prácticamente todos los grandes de la lírica.

Y ¿qué tiene esta romanza que se ha convertido en tan popular? Pues antes que nada una melodía muy hermosa, fácilmente identificable y buena de tararear (que no de cantar bien), pero también un acompañamiento instrumental que, con una arpa y un fagot le da un carácter melancólico. Pero además esa canción representa el toque melodramático dentro de un conjunto argumental que gira en torno a la alegría, la fiesta, el engaño y la comicidad. En esta aria, el autor, Gaetano Donizetti, se muestra sumamente inspirado, ya que consigue con muy pocos elementos instrumentales seducir al público.

El aria la canta Nemorino, un joven un tanto ingenuo, enamorado de Adina y que para tener su amor compra un elixir a un charlatán, el doctor Dulcamara, con el convencimiento de que con la poción mágica conseguirá su fin.

Pero como era de esperar en un argumento propio de la ópera bufa, esta bebida no funciona, no es como la que toman Tristán e Isolda en la ópera de Wagner, que sí produce efecto y mucho. No, la bebida de Dulcamara es un engaño. Curiosamente Donizetti y su libretista Felice Romani, autor de otros importantes argumentos operísticos como Norma de Bellini o Il turco in Italia de Rossini, entre otros, también hacen aparecer, en L'elisir, la historia medieval de los dos enamorados que posteriormente sirvió a Wagner para escribir una de sus obras más trascendentes y que termina con la muerte de los amantes (de hecho, la muerte de Isolda, el fragmento conocido como Liebestod, es de una belleza superlativa).

Aun así no tienen nada que ver las dos óperas a pesar de tener en común el tema del líquido encantador. Mientras que la de Donizetti es del todo cómica con un elixir que no funciona porque no lo es, la de Wagner es un auténtico drama con una bebida mágica que sí funciona y además es el auténtico desencadenante de la tragedia.

Pero volvamos a lo que nos ocupa, no nos desviemos de la idea inicial de comentar la ópera L'elisir d'amore que esta tarde (18 h) y hasta el próximo domingo nos presenta el Teatro Principal de Palma dentro de su temporada de ópera.

Una furtiva lacrima es sólo una muestra de lo que nos encontraremos en este título. Todo el Elisir está lleno de otros momentos también bellísimos. Citemos algunos: el aria de Adina Della crudele Isotta (en referencia a la Isolda del drama medieval), el dúo Chiedo all'aura lusinghiera que cantan Adina y Nemorino o la cavatina Udite, udite, o rustici! del Doctor Dulcamara, sólo por poner algunos ejemplos.

En cuanto a la discografía, muchas serían las grabaciones que vale la pena conocer, veamos unas cuantas entre las clásicas (aunque existen versiones más modernas también del todo recomendables): la de la English Chamber Orchestra con Richard Bonynge dirigiendo a Joan Sutherland y Luciano Pavarotti; la de la Orquesta del Metropolitan de New York con Fausto Cleva como director y las voces de Roberta Peters y Alfredo Kraus y la de la Royal Opera House que dirigió John Pritchard y con Ileana Cotruba? y Plácido Domingo en los papeles protagonistas.

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