Pau Vadell (Calonge, 1984) escribió Terra llarga en paralelo a Esquenes vinclades, el poemario que le valió el Jocs Florals de Barcelona en 2017. "Pero lo dejé reposar. He estado dos años corrigiéndolo, volviendo sobre él, sin escribir nada más", admite.
Los poemas de este nuevo título, editado por LaBreu, cierran un ciclo poético en la trayectoria del escritor y editor mallorquín. "Quiero cambiar de registro, no sé todavía hacia dónde tirar", comenta.
Terra llarga gira en torno a las dualidades. Sobre todo a una, la verdad y la mentira. Pero también el espacio y el tiempo. "Este libro es asimismo un homenaje a dos grandes maestros que impulsaron a mi generación a escribir, Francesc Garriga y Antoni Artigues", señala. Precisamente fue este último quien redactó el prólogo del primer poemario de Vadell, Quan salives.
El volumen está dividido en seis apartados: dos de ellos son el tributo a estos dos grandes maestros; otro toma como eje principal la tierra y el cuerpo. Otro conjunto de poemas "son más de emprender el vuelo y sobre los pájaros", que vaticinan el deseo de cambio en el poeta, de emprender nuevos caminos, de abrazar la libertad. La última parte, escrita por separado, es poesía homoerótica. "Algunos textos aparecieron publicados en la antología Amors sense casa de Sebastià Portell".
Vadell pasará este día de Sant Jordi en Barcelona, en concreto en Passeig de Gràcia, en los números 30 y 73. "Estaremos juntas diferentes editoriales independientes [la suya es AdiA] y también estaré firmando ejemplares", señala.
