Vientre es el delicado y bestial resultado de un trabajo de seis años de la fotógrafa y escritora Nadia del Pozo, que durante un viaje a México que tenía que ser para descubrir la arquitectura vernácula se topó con la matanza de chivos de la Región Mixteca de Ouaxaca. Era el año 2013, y desde entonces ha vuelto al lugar durante los meses de octubre y noviembre -cuando se realiza la matanza- empujada por la curiosidad y fascinada por la belleza y la crueldad que emana de una misma cosa.
"La primera vez que vi la matanza fue duro. Pero descubrir la íntima relación de los pastores con sus chivos, a los que a veces guiaban hasta la matanza entre lágrimas, ver cómo se organizaba la gente, el rastro de sangre? Todo me impactó", cuenta Del Pozo, que asegura que más que un libro de fotografías documentales, su propuesta pasa por la reflexión y exploración sobre algunos temas a partir de esta matanza, como los vínculos entre lo cruel y lo bello, lo salvaje y lo civilizado. Todo bañado por su mirada más poética.
Una de las preguntas que le suscitó la experiencia fue cómo era capaz de conectar tanto con algo que pasaba a 10.000 kilómetros de su casa. "De repente me vi a mí, de pequeña, en la casa de mi familia en Aragón. Yo me he criado con animales, y de alguna manera aquello me resultaba muy familiar", relata la fotógrafa, que contó con la ayuda de Felipe Luna para elegir las 41 fotos que forman el fotolibro de entre miles de imágenes. Tres textos, que firma Del Pozo, acompañan las imágenes.
El título del libro se le ocurrió a la fotógrafa después de darse cuenta de que fotografiaba mucho los restos de los aparatos digestivos y reproductores de los chivos. Además, "el vientre te hace pensar instintivamente con la vida, a la que la muerte es inherente, como la de aquellos chivos, como la de todos nosotros". Para Del Pozo, el vientre es el refugio donde uno siempre vuelve.
