Diario de Mallorca

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Crítica de Teatro

Contarlo para sobrevivir

La voz dormida

Teatre del Mar

Texto: Cayetana Cabezas, adaptando la novela de Dulce Chacón. Dirección: Julián Fuentes. Actriz: Laura Toledo.

Coinciden, y reinciden, en los teatros de nuestro entorno montajes sobre la Guerra civil y la posterior represión franquista. Las huellas del horror y su vigente presencia.

Desde hace unos años, y ahora más, se cuenta con profusión, afortunadamente, lo que se calló durante más de medio siglo. Dulce Chacón sacó de la maleta del silencio la historia de la cordobesa Pepita Patiño, y la de tantas mujeres; las que perdieron la guerra, y a maridos y hermanos, e hijos, pero conservaron la memoria y tejieron los relatos - en este caso, maravillosa metáfora en forma de escenografía - que hoy nos resultan tan útiles, tan inspiradores. Se atreve Laura Toledo con un monólogo que resume el cautiverio y los miedos, la incertidumbre y la esperanza, la solidaridad y el desconcierto. Huía del panfleto la novela de referencia, y también lo hace el montaje dirigido por Julián Fuentes, para acercarnos a la parte humana de una tragedia colectiva. Habla de amor la pieza, de lugares y anhelos cotidianos, del coraje de las heroínas domésticas. En la cabeza del espectador puede que resuenen los ecos de las bombas y los balazos a quemarropa pero ante sus ojos lo que aparece es un ser frágil, como todos, que primero sobrevive para contarlo, luego lo cuenta para sobrevivir y en el camino construye una coraza inmensa. Modula y dosifica bien la actriz un soliloquio que a ratos puede resultar áspero o redundante. Le pone pasión, sin abrumar, y también la cadencia adecuada para hilar una historia tan dura como necesaria.

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