El monasterio de las Caputxines se enfrenta a la intervención más importante de los últimos años después de que fueran reparadas sus cubiertas. Gracias a una ayuda del Consell de Mallorca que asciende a 364.000 euros, la orden de franciscanas (ahora en el convento) va a poder restaurar el gran retablo rococó o barroco germánico del siglo XVII que preside la iglesia conventual. Una restauración que es muy necesaria porque la pintura se encuentra bastante perjudicada por humedades y por repintadas, al igual que el resto de arquitectura, realizada en madera tallada y policromada. La restauración del retablo correrá a cargo de Antònia Reig, directora del taller de restauración del obispado de Mallorca, y Maria del Mar Riera Vallés.

La rehabilitación alcanzará también otras dependencias características de la arquitectura tradicional y popular de Mallorca, unas salas con un elevado valor etnográfico en tanto que explican la vida conventual. Entre ellas, se restaurarán por primera vez la despensa del aceite, la cantina del pou, el llenyer i la carbonera, la despensa del vi i salera, la clastra de la bugada o la bugaderia.

Una parte del presupuesto se destinará a difusión patrimonial y a poder volver a organizar visitas guiadas al convento, unas visitas que desaparecieron en la pasada legislatura tras la no renovación del convenio por parte de la conselleria de Turismo del Govern.

Esta mañana el presidente del Consell, Miquel Ensenyat, la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, el vicario de Patrimonio del obispado Nadal Bernat, Sor María Paulina y el comisario del patrimonio histórico-artístico del monasterio, Jaume Llabrés, han realizado una visita al monasterio y a estos espacios (algunos de ellos subterráneos) tan singulares.

Está previsto que la reforma está acabada antes del verano.