Charley (Plummer) es un introvertido adolescente. Hijo de un simpático pichabrava (Fimmel) obligado cada poco tiempo a mudar de ciudad por su debilidad hacia las sábanas ajenas y una madre ausente desde hace muchísimos años; además ha perdido el contacto con su única tía por cerrazón de su padre. Sin recursos para finalizar el bachillerato, Charley descubre el mundo de las carreras regionales de caballos. Se pone a trabajar con el propietario de varios (Buscemi) y se amartela con el bonachón équido que da título al filme.
Ese es sólo el arranque, omito lo mucho que ocurre a continuación. Paso a referentes para contextualizar. La novela de Willy Vlautin y la realización de Andrew Haigh ( Weekend) siguen la senda de Steinbeck con un punto de Dickens. No caen en la blandura de Cormac McCarthy o El hombre que susurraba a los caballos ni en maltrato animal sórdido tipo Amores perros. Como el premio Nobel, muestran una América profunda, pobre pero no mísera ni desquiciada. Incluso se anota una ráfaga de antimilitarismo en el encuentro con los soldados que han regresado hace poco de Oriente Medio. Ningún personaje es perfecto, ninguno es aborrecible; incluso el chico, con toda la empatía que produce, pone a prueba al espectador acentuando su cabezonería cuando más se le tuerce el rumbo. Las actuaciones son notables, lo habitual cuando se junta un buen guión y un director sin ínfulas. Buscemi logra que su personaje no sea odioso ni falso; Plummer saca adelante con esfuerzo un dificilísimo papel. Una película más, y notable, sobre el turbulento paso de la adolescencia a la fase adulta.
Lean on Pete
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Nacionalidad: Estados Unidos, 121 min. Director: Andrew Haigh
Actores: Charlie Plummer, Travis Fimmel, Steve Buscemi, Chlöe Sevigny
Cines: Augusta
