Ángel Calvente es autor, director, actor y creador de marionetas. Es el alma de la compañía El Espejo Negro que esta noche debuta en el Festival Internacional de Teatre de Teresetes con Es-Puto cabaret, el cabaret más corrosivo del mundo que tiene como estrella a la exuberante Marianna Travelo, su gran compañera de viaje. Su Marianna no niega nunca su auténtica naturaleza de marioneta. De hecho, "siempre cuestiona por qué vivimos, por qué estamos aquí e insistentemente recuerda que vamos a morir pero ella no porque ella no existe", desgrana el prestigioso creador que ha conquistado dos Premios Max. Es-Puto Cabaret se representará esta noche a las 22 horas en Alcúdia, mientras que mañana a las 21.30 horas llegará a la Sala Petita del Teatre Principal y el domingo estará en Porreres a las 20 horas. "En Es-puto cabaret hay un juego muy sarcástico sobre la manipulación que hace un ser humano sobre otros seres, en este caso, una marioneta que se niega a ser manipulada por los seres humanos", avanza Calvente que admite que políticamente Es-puto cabaret es muy activo. "Con la que está cayendo en este país, a Marianna no le faltan temas para analizar", bromea.
Su espectáculo está dirigido al público adulto y es que una de las vocaciones del Festival de Teresetes en su 20 aniversario es desmitificar la creencia de que el teatro de objetos es cosa del público familiar. "La marioneta no nace con una vocación infantil, en absoluto. La marioneta es una herramienta más del teatro pero con los años, y desconozco el motivo, la marioneta se ha unido a la infancia pero no es así", razona el creador, que recuerda que cuando en 1989 creó su compañía tuvo muy claro que "quería contar historias para adultos, no para pequeños".
Cuando ya llevaba 15 años de escenarios (el año que viene cumple 30) se interesó por contar historias para los más pequeños. "Ahora los intercalo pero mi gran vocación son las marionetas para adultos", sentencia.
Como seres vivos
Y si uno le pregunta qué tiene de especial el teatro de objetos para un público adulto, asegura que en sus montajes "los espectadores se dan cuentan que las marionetas son como seres vivos, reales, además son políticamente muy incorrectas y las historias que cuentan son historias de hoy", desgrana. "Son muy criticonas y se meten con todo", añade para después admitir que la técnica de manipulación es esencial. "Debe ser exquisita porque el espectador debe disfrutar con ellas sin saber cómo lo hacemos para que parezca que las marionetas bailen, respiren, canten, anden...
"El público lo que busca es sentir la vida y el movimiento se convierte en vida. Un espectáculo de marionetas es muy mágico porque ellas pueden dar la vida por ti. Es una máscara que nos protege a los actores que estamos detrás. Siempre parece que es mucho más permisible lo que dice una marioneta que lo que dice un actor de carne y hueso. Esto es una gran falacia porque detrás de la marioneta hay un actor. Es jugar con la doble moralidad", argumenta.
Su Marianna es políticamente incorrecta, pero preguntado por la libertad de expresión, admite que "hay cosas que no se pueden entender". Sobre el caso de Valtonyc, le parece "inmoral" que un rapero entre en la carcel por sus canciones porque "nunca se puede perder el prisma de que sobre el escenario se hace cultura y arte". "La libertad tiene que existir siempre. Esto de poner una mordaza no es el vehículo. Al pueblo no se le puede amordazar nunca", sentencia.
Al espectador que duda de sumergirse en la experiencia de ver marionetas para adultos, el actor defiende que "el teatro lo construye el público y las marionetas no son más que otra forma de entender el teatro para adultos". Además, reseña que son una herramienta más para cualquier tipo de espectáculo. "Hay grandes compañías que las utilizan. Son un actor más. Están ahí para ser utilizadas y gozan de muy buena salud", resume Ángel Calvente que además del espectáculo Es-puto cabaret esta semana ha impartido un curso monográfico sobre la construcción de marionetas en goma espuma para profesionales. Y es que tiene claro que un festival no solo se debe limitar a programar espectáculos, si no que es esencial debatir, reflexional, hablar...
