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Entrevista

Tony Palmer: "Me acerqué a Leonard Cohen porque no me cerró ninguna puerta"

El realizador británico presentó en CineCiutat su rescatado documental sobre el músico

Tony Palmer, a la izquierda, junto a Pedro Barbadillo, de la Mallorca Film Commission, en CineCiutat. m. e. vallés

Relata Tony Palmer, el hombre que ha documentado el pop en el cine, que la película que rodó en 1972 sobre Leonard Cohen es demasiado íntima. O eso le pareció al cantante cuando vio el resultado final después de que el realizador inglés y su equipo registraran en celuloide su última gira. "Mi condición para hacer la película fue que Leonard no me podía cerrar ninguna puerta. Pudimos estar muy cerca porque no había un contrato de grabación ni una gran estructura que lo protegiera a su alrededor", explicó el documentalista el pasado sábado en CineCiutat, donde presentó Bird on a wire por la noche e impartió una masterclass por la mañana. Dos actividades enmarcadas en el primer aniversario de la muerte del poeta y que contaron con la implicación de la Mallorca Film Comission y el Consell.

El canadiense cumplió con la palabra de no levantar muros entre él y el equipo de Palmer, pero los problemas vinieron después. El poeta puso muchos reparos a la primera versión. "Fue un choque verse en la gran pantalla. Pienso que él creía que iba a estar menos presente en la cinta", señala. "Y se asustó", agrega. ¿Qué pasó después? Palmer fue apartado del proyecto y Cohen encargó otro montaje del material. La segunda versión tampoco le convenció. "Pienso que en ella se perdía esa intimidad que yo había logrado y el propio Leonard Cohen se sintió culpable. Creo además que sintió que estaba traicionando nuestra amistad", apunta Palmer.

El mánager de Frank Zappa

Ninguna de estas versiones llegó a estrenarse y todo el material rodado en la gira desapareció, adquiriendo el documental un aura de misterio. Pero el enigma quedó resuelto 40 años después, cuando aparecieron 28 cajas con las latas en un almacén de Hollywood. "Fue una enorme casualidad porque las encontró el mánager de Frank Zappa, quien me propuso revisar la película 200 moteles", explica. "El material estaba en muy mal estado. Y era un puzzle complicado. Accidentalmente, encontré en una caja una cinta completa con el sonido y logramos unirle 3.000 fragmentos", narra el realizador, antes seguidor de la poesía del autor de Flores para Hitler que de su música.

Para Palmer, uno de los puntos fuertes de la película son las actuaciones poderosas y emocionales de Cohen. "En los setenta cantaba muy bien. Creo que con los años su voz se fue apagando", considera. "Además, cuando él notaba que no había conexión entre él y sus propios temas se negaba a cantarlos", explica. "Cohen buscaba la verdad", asevera.

Cuando el poeta vio la versión del documental cuarenta años después, le mandó una carta al realizador. "Me dijo que era magnífica. Y que se alegraba de que el problema se hubiera resuelto. Estoy seguro de que se avergonzaba de lo que había hecho con la segunda versión", sostiene Palmer. "Porque Cohen, podría haber parado la película cuando se enteró de que la habíamos encontrado y la estábamos montando de nuevo", asegura.

En Bird on a wire, Cohen discute con los guardias de seguridad en Tel Aviv, repudia la violencia, da entrevistas, llora, ríe, flirtea, habla con el público, ironiza sobre el amigo que le hizo firmar un contrato y se quedó con los derechos de la canción Suzanne, nada desnudo en la piscina, se afeita en un concierto, etc. El artista se muestra auténtico, sin máscaras, dubitativo, emocional, débil en ocasiones, amable, frágil. Puede que la incomodidad del poeta con la cinta proviniera de su propia situación personal. "Cuando el mánager de Cohen me ofreció hacer la película, la discográfica no iba a renovarle el contrato al canadiense y temía que ésa fuera su última gira", comenta Palmer. "De hecho, ante de empezar, Cohen me advirtió: 'No quiero hacer esa película'", revela.

Tony Palmer, a quien el prestigioso festival In-Edit le dedicó una retrospectiva en 2015, ha dirigido más de un centenar de películas documentales. En todas ellas se ha interesado por mostrar el contexto social y político, además de retratar la auténtica personalidad de los personajes escogidos.

Películas suyas sobre músicos de estilos tan diferentes como Frank Zappa, Benjamin Britten, Maria Callas, Liberace, Primal Scream, Stravinsky, Cream, Vangelis, The Beatles o Rachmaninoff son consideradas fundamentales.

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