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Crítica de cine

Una terapia peligrosa

Excusatio -dilema- non petita: ¿Juego de armas o esta? ¿Comedia de acción sobre traficantes de armas o ídem sobre traficantes de droga? Punto de inflexión. ¿Del director de Resacón en las Vegas o Borat se puede esperar un mínimo de sensibilidad con el inquietante, espeluznante asunto de la venta ilegal de armas?

Blood father no engaña. Es una road movie para lucimiento de Mel Gibson, con evidentes guiños a la biografía del actor. Un expresidiario, divorciado, exalcohólico y exdrogadicto malvive haciendo tatuajes en una autocaravana. Su hija adolescente (Moriarty), está desaparecida desde hace unos meses. Un día le llama y le pide ayuda porque le persiguen los esbirros de su novio mejicano (Luna). Gibson intenta ayudarla a reconducir su vida; ella, como haría el 99,9% de los adolescentes, pasa de él aunque sin renunciar a su protección. El guión de esta película es planito (sobre todo la trama de los narcos), pero tiene detalles de buena película de asfalto en los personajes secundarios, el amigo del alma (Macy), el estraperlista de Harleys y parafernalia nazi o el capo de la prisión. La simbiosis de actor y personaje me ha recordado a Vacaciones en el infierno.

Aunque es improbable que Mel Gibson erradique sus instintos autodestructivos y sus pensamientos reaccionarios, en películas como esta se intuye que actuar le cura y (parcialmente) redime. Está suelto, disfruta, conecta con la cámara, demuestra que sigue siendo un pedazo de actor. La joven Erin Moriarty muestra buenas maneras, cuerpo menudo, rostro angelical y mucho carácter; William H. Macy, excelente otra vez. Más que correcta, y bastante entretenida, road movie.

Blood Father

Estados Unidos, 96 min.

***

Director: Jean François Richet

Actores: Mel Gibson, Erin Moriarty, Diego Luna, William H. Macy

Cines: Ocimax, Multicines Manacor, Cinesa Festival Park

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