-¿Qué es Alicia y el teorema de los monos infinitos?
-Una novela que trata un tema de actualidad como es la búsqueda de pareja a través de internet.
-¿En qué genero la enmarcaría?
-Tiene parte de intriga y de misterio pero sobre todo es una novela romántica contemporánea con toques de humor.
-¿Cuál fue el detonante que le llevó hasta el ordenador para escribir esta historia?
-Fue una noticia que vi en internet, en la que se informaba que el 40 por ciento de las mujeres buscaba pareja en la red. Un dato que me llamó mucho la atención. También se hablaba de que el 40 por ciento de los hombres que buscaba pareja lo hacía en su círculo de amistades, lo cual me chochó mucho porque parece que hay un grupo amplio de población que está condenado a no encontrarse nunca.
-¿Cómo se explica que ligar sea tan fácil y encontrar pareja, tan difícil?
-Porque hoy en día tenemos muchas herramientas para ligar fácilmente. Hay aplicaciones de móvil que nos dicen si tenemos cerca alguien interesado en ligar, existen todo tipo de redes sociales con gente dispuesta a relacionarse y además son herramientas muy cómodas, porque puedes estar en casa en pijama y ligando. Está muy bien para los tímidos, al no haber un enfrentamiento cara a cara. Es sencillo ligar, no tanto encontrar pareja. La queja habitual es que no se encuentra gente que merezca la pena, a cierta edad, sobre todo. Y cuando uno busca pareja por internet hay que tener cierto cuidado: se miente mucho, hay perfiles falsos, hay muchas desilusiones...
-¿Por qué el lector se identifica desde las primeras páginas con Alicia, la protagonista?
-Porque hay muchas mujeres en su misma situación. Es una mujer fuerte, independiente. Hereda un viñedo, Sa Rodona, en una finca mallorquina, a la muerte de su marido, un bodeguero de la isla. Se tendrá que hacer cargo del viñedo, sin saber mucho del tema, pues hasta ese momento solo llevaba la parte administrativa. De repente se verá sola, al frente de un negocio que no domina y tendrá que luchar y superar las adversidades. Después de unos años luchando por el viñedo llega a la conclusión de que quiere encontrar una nueva pareja en su vida. Alicia vive aislada en el campo, en Santa Margalida, y para ella la manera más cómoda de acceder a otra oportunidad de conocer una pareja será internet.
-¿Por qué eligió Mallorca para situar la trama de su novela?
-Me interesaba mucho el tema del vino y quería una mujer bodeguera. Busqué por internet y leí un reportaje publicado por DIARIO de MALLORCA: Las mujeres toman la industria del vino. En un principio pensé situar la novela en una zona de La Rioja pero este reportaje me llamó mucho la atención. El escenario de Mallorca no tiene comparación y me pareció fabuloso, un marco perfecto. Me puse en contacto con una de las mujeres bodegueras que aparecían en el reportaje, Catalina Ribot, porque yo no sabía nada de viñedos ni de elaboración de vinos, y necesitaba una maestra que me enseñara. Estuve en contacto con ella los ocho meses que duró el proceso de escritura. Me lo explicó todo y tuvo mucha paciencia conmigo. El verano pasado por fin fui a visitar su bodega, Galmés i Ribot, en Santa Margalida, y fue un encuentro especial.
-¿Se parecen en algo Catalina Ribot y Alicia?
-Bueno, cuando la conocí el año pasado vi que tenían puntos comunes: la misma edad, 39 años, ella está soltera, ambas son mujeres al frente de una bodega... En Santa Margalida descubrí que el de bodeguero es un trabajo duro.
-¿Tan duro como el de escritor?
-Depende de como uno se lo tomé. Yo me lo tomo muy en serio y le echo muchas horas. No es solo el trabajo de escribir, también está la documentación. En esta novela también aparecen personajes de otras nacionalidades (Colombia, Córcega), y para retratarlos necesitas documentarte. También hay que hacer promoción de los libros, dedicarte al blog... No solo es escribir.
-¿Qué localizaciones reconocerá el lector mallorquín en su novela?
-Santa Margalida, Manacor -adonde se desplaza Alicia cuando necesita material-, Alcúdia... La novela está situada sobre todo en el viñedo y se describe la arquitectura payesa.
-¿Qué le ha revelado Mallorca?
-Mi tatarabuela era mallorquina pero hasta el año pasado yo nunca había estado en la isla. Cuando vine me alojé en un hotel cercano a Magaluf y el impacto, para mí que soy asturiana, fue grande. No sabía si estaba en Mallorca o en cualquier sitio del extranjero. Cuando visité el viñedo entré en otra Mallorca, totalmente distinta. Me encantó el contraste del cielo azul con las zonas más terrosas, el olor de la tierra, sus gentes...
-¿Qué aprendió con sus dos primeras novelas: Los ángeles de la Torre y Un amor para Rebeca?
-Con la primera aprendí a narrar. Los ángeles de la Torre fue una novela de aprendizaje. Tardé casi dos años en escribirla, fue un proceso lento porque yo no había escrito hasta entonces, salvo diarios personales. Fue una aventura. Escribir Un amor para Rebeca me resultó mucho más sencillo.
-¿Hay algún elemento que una a sus tres novelas?
-Mis novelas son totalmente distintas pero las tres son novelas románticas. Los ángeles de la Torre tiene un componente fantástico, Un amor para Rebeca es un romance contemporáneo contado de una forma más serena y Alicia y el teorema de los monos infinitos es una novela más desenfadada, está contada desde un punto de vista más ligero, con bastante sentido del humor.
-¿Por qué recurre al humor?
-Al principio no tenía pensado darle un componente humorístico a la novela, sino que iba a seguir la línea de Un amor para Rebeca, novela que tuvo bastante éxito y que fue traducida al inglés y al alemán. Pero el editor me sugirió una novela romántica con toques de humor. Las épocas de crisis parecen que invitan más a leer algo con lo que relajarse y disfrutar un rato. Ha sido una experiencia para mí con la que me he dado cuenta de que hacer reír no es tan sencillo.
-¿Qué novela le ha hecho sonreír últimamente?
-Mi Karma y yo, la única novela que he leído de la irlandesa Marian Keyes. Recomendable.
