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Crítica de danza

Manuel de Falla de nuevo en la isla

No solo de cisnes y cascanueces vive el aficionado al ballet. También agradece otras propuestas. Como ésta que acaba de ofrecernos el Teatre Principal de Palma a través de una producción propia, compartida con el Ballet español Illes Balears y nuestra Simfònica en la que se han ofrecido tres sesiones dobles con los dos ballets de referencia de Manuel de Falla.

Falla ha vuelto a la isla y al Teatre Principal de Palma. Una histórica foto de 1934 muestra al compositor sobre ese mismo escenario arropado por Joan M. Thomàs, Fernández Arbós, George Copeland y los componentes de la Orquesta Sinfónica de Madrid y la Capella Clàssica de Mallorca. La ilustración cierra un libro fundamental para entender la historia de la música mallorquina de buena parte del siglo XX: Manuel de Falla en la isla de Joan M. Thomàs. El volumen es de obligada lectura para curiosos y amantes de la poesía, sí de la prosa poética pues está escrito con una sensibilidad exquisita y una seductora delicadeza. En él se cuentan las andanzas del ilustre compositor en la Mallorca de la primera mitad del siglo pasado. Manuel de Falla en la isla, como ahora que ha vuelto a ella a través de su música, la más bella, la más popular.

El Teatre Principal ha apostado por una producción inusual pero necesaria. Las dos obras de Falla que llenaron ese programa de danza son de obligado conocimiento. Los aficionados tienen derecho a disfrutarlas en vivo y con el valor añadido de la música en directo.

Nuestra Simfònica estuvo no bien, muy bien. Nunca falla con Falla. La batuta del maestro Miquel Ortega marcó unas versiones magníficas de esas dos obras maestras que son El sombreo de tres picos y El amor brujo. Puestos a destacar la espléndida Danza del juego del amor cuyo lirismo conmueve después de la rítmica Danza ritual del fuego para conducir melódicamente al desenlace final. Como punto débil la nada efectista lectura de las obras restó vigor y sonoridad a los momentos de clímax. Muy válidas las aportaciones vocales de la cantaora Nuria Millán (en El Amor brujo) así como las de la mezzosoprano Mar Campo (en El sombrero). También interesantes las aportaciones flamencas de los guitarristas Jorge Espejo y Rubén de Rosario y del percusionista Kiko Carmona.

Beatriz Lora y José Cabrera, como coreógrafos y también protagonistas supieron entender el espíritu de Falla a través de unas coreografías que lucieron entre los decorados de Miquel Massip y la iluminación de Lia Alves. Correcto el vestuario.

Dos peros: demasiado zapateado en El sombrero de tres picos y poco sensual la escena del fuego en El Amor brujo. Dos detales que restan muy poco a una producción que bien merece el calificativo de interesante.

El sobrero de tres picos /

El amor brujo

Ballet español Illes Balears. Orquestra Simfònica de Balears. Miquel Ortega, director. Teatre Principal de Palma, 6-12-15.

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