Aún una locomotora

Obviamente hay ciertas diferencias respecto a cuando cuatro verracos de apenas veinte años fundaron Siniestro Total, pero lo visto y oído en la sala Es Gremi sigue siendo una locomotora. Aparte de por lo guitarrero, la declaración de principios llegó también verbalmente por medio del cantante Julián Hernández: “Vamos a pasar calor: esto es un grupo de rock, tocamos a toda hostia y sabemos contar hasta cuatro”.

Los pilares del rock estuvieron de inicio a final. Sólidos, juntos, dinámicos y sin parones, dieron al público las hostias de rock&roll que esperaban. Más anécdotas: regalos a los muy-muy fans (Corta o pelo, landrú), dedicatorias a Jaume Matas (Pequeña serenata nocturna y Bailaré sobre tu tumba, que demostró sonar fantásticamente en versión más rockera y menos doo-wop), menciones-homenaje a Germán Coppini (Ponte en mi lugar, con letra del fallecido ex-Siniestro), referencias constantes a las dificultades que la compañía aérea Vueling pone para viajar con instrumentos y tramos de concierto de acelerón punk (Matar hippies en las Cíes, Ayatollah).

Es envidiable la sensación de confianza y poderío que debe dar saber que tienes varias docenas canciones con las que tu audiencia se va a poner cafre. Si del repertorio de 28 que tocaron más de la mitad son pepinazos que hinchan la garganta de los presentes, el grupo en el escenario no es importante, sino legendario.

Siniestro Total. Es Gremi, sábado 20 de septiembre. Aforo: lleno sin agobios.