Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Más que o poco más que amigos

Cuando Harry encontró a Sally es considerada, tres décadas después de su estreno, una de las mejores comedias románticas del siglo pasado

Fotograma de la película.

Aunque es de sobra conocido, enuncio el tema principal del filme: ¿Pueden ser un hombre y una mujer muy amigos? ¿Amigos muy amigos sin que uno de los dos acabe enamorándose del otro? ¿Amigos muy amigos cuando uno de los dos encuentra pareja? ¿Amigos muy amigos cuando se trunca esa pareja?

El precepto básico de un drama o comedia es que en una habitación nunca coimcidan dos personas que estén de acuerdo. Para cumplirlo las comedias románticas han inventado la denominada 'tensión sexual no resuelta'. Un chico y chica que tardan en darse cuenta de que son medias naranjas mucho, muchísimo, más tarde que el espectador. El reto, que no parezca forzado.

Aunque el guion de Cuando Harry encontró a Sally está firmado por Nora Ephron, Rob Reiner, el director, le ayudó mucho. Sin ser ambos pareja, ni entonces ni nunca, los dos volcaron sus respectivos dones para comedia y cicatrices personales. Reiner estaba pasando el mal trago de un divorcio y estimuló la misoginia de Harry; Ephron maquilló con mucha gracia algunas manías personales suyas. Más aciertos: para contrapuntear y realzar la volatilidad e incertidumbre de la pareja protagonista, sus mejores amigos son una pareja hiper estable (Carrie Fisher y Bruno Kirby, fallecidos ya ambos). Y, una floritura adicional, se añaden al principio y final del filme testimonios reales de matrimonios que llevan décadas juntos y se cierra con el Harry y la Sally.

Cubierto bien el flanco romántico con un tema picante y unos personajes jugosos, el guion no descuidó el área cómica. Hay diálogos excelsos ("Los matrimonios no se rompen por una infidelidad; es sólo un síntoma de que algo falla" "Pues ese 'síntoma' se está follando a mi mujer"), de continuidad (la manía de Harry de leer el final de un libro al poco de empezarlo por si se muere antes de terminarlo), y ocurrencias seudofilosóficas como lo de las mujeres de alto o bajo mantenimiento.

Ese concepto, brillante en apariencia, es machista, con la paradoja de estar escrito por una mujer. Como señala Megan Garber (The quiet cruelty of When Harry met Sally, The Atlantic, 19/07/19), el filme delata un larvado machismo. Comienza en el título (¿Por qué no es 'Cuando Sally encontró a Harry?'). Sigue con la evolución de los personajes, Harry pasa de una misoginia extrema a abrazar el amor, Sally espera pacientemente a que culmine ese proceso y le recibe al final con los brazos abiertos. E incluso el enunciado textual del tema es masculino, Harry un hombre jamás puede ser amigo de una mujer que le gusta.

Aún así, a pesar de ese machismo que Ephron no supo corregir (o temió meterse en una comedia demasiado feminista para la época), sigue siendo una película muy divertida con personajes atemporales.

Cierro con una última anécdota. Reiner y Ephron admitieron gags improvisados durante el rodaje. Uno de ellos, el antológico del orgasmo fingido en el restaurante se le ocurrió a Meg Ryan, y a Billy Cristal el remate de la comensal vecina ("Pongame lo mismo que a ella"). Como rodaron en un restaurante real (Katz's Deli, en el sureste de Manhattan) se convirtió enseguida en un lugar de peregrinaje. Y su dueño estableció desde entonces un concurso permanente de fingir orgasmos. En la mesa, por supuesto, donde cenaron Sally y Harry.

Compartir el artículo

stats