El año pasado (es decir: hace dos semanas) les hablaba del buen trabajo de Adam Driver en la película de Jim Jarmusch Paterson, en contraste con su lamentable malvado en el séptimo episodio de Star Wars. Pues bien, Driver también es uno de los protagonistas de Silencio, la nueva película que nos llega de Martin Scorsese y que se inspira en las andanzas (históricas) de los jesuitas en Japón, allá por el siglo XVII, cuando fueron prácticamente los primeros occidentales que veían en su vida los nipones. Como en China, donde los soldados sin espada de Francisco de Xavier "vestían como unos bonzos en antiguas cortes con emperadores de la dinastía Ming", al decir de Franco Battiato. En vez de sus sotanas negras características.
Por cierto. Les recuerdo que la exposición Ming. El imperio dorado, en torno a aquel linaje de soberanos que gobernó "el imperio del centro" entre 1368 y 1644, permanece abierta a los visitantes hasta el próximo 19 de febrero en el CaixaForum, es decir, en esa joya modernista que fue el Gran Hotel de Palma. Sólo unos días más, hasta este domingo, 8, puede contemplarse la muestra Baltasar Porcel. Mallorca, Barcelona, el món.
La princesa Leia Organa no volverá a recorrer ninguna galaxia muy muy lejana y tampoco Debbie Reynolds a cantar y bailar bajo la lluvia. Sólo por el número Good Morning, que compartió con Gene Kelly y Donald O´Connor en el clásico cinematográfico de 1952, ya se había ganado su hueco en el paraíso donde echan la siesta los mitos.
En el número 351 de la revista especializada en artes escénicas Primer Acto, una fotografía de ese prodigioso actor mallorquín que es Pep Tosar en El público, con dirección de Àlex Rigola, ilustra las páginas dedicadas a Lorca. Un reportaje de un servidor repasa los treinta años de trayectoria de Estudi Zero e Iguana Teatre y se dedican sendos artículos a los cuatro decenios del Teatre Lliure (esa segunda casa en Barcelona de cuantos amamos el teatro) y a Incendios, el espectáculo que se pone en escena este fin de semana en el Principal y en el que interviene Ramón Barea, con quien compartí complicidades teatrales allá por los remotos años ochenta.
