Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Narrativa

Amortiguar la venganza

Leer ´El carbonero´ es remontarse al Caimari de los años cincuenta del siglo pasado

Carlos Soto Femenía.

Es navegar por una época en la que las cartillas de racionamiento aún estaban en vigor y el contrabando y el estraperlo en pleno auge. Es conocer en detalle un oficio, el de carbonero, cuyos últimos vestigios se reducen ahora a la mínima expresión en esta comunidad. Carlos Soto, haciéndose acopio de un conocimiento geográfico-histórico envidiable, ha marcado un precedente literario, al crear una obra que conjuga el carácter de novela negra con el de novela rural, y en la que subyace la contraposición de la venganza con la moral.

El protagonista de esta novela es Marc, un chico de veinte años cuya madre murió asesinada siete años atrás. Durante este tiempo, el joven ha ido digiriendo esa pérdida al lado de su padre, quien -a su vez, a raíz del crimen- perdió buena parte de su conciencia. Año tras año, Marc -como recuerda el escritor- se ha ido cociendo, como la sitja, alimentado por el resentimiento, por el dolor y por un ansia irrefrenable de saldar cuentas pendientes. Y por fin, a sus veinte años, cuando en su interior no queda sino lo más oscuro de su personalidad, el propio carbón, recibe cierta información que le pone tras la pista de quienes asesinaron a su madre.

El carbonero, además de ser una historia de venganza, lo es también del amor que el protagonista debe, en justa correspondencia, a las dos únicas mujeres que siempre se lo dispensaron a él. Una de ellas es Joana, la senyora, quien estuvo enamorada en su día del padre de Marc y ve ahora, en el hijo, un reflejo de aquél a quien quiso.

El carácter de Marc se va forjando marcado por la muerte de su madre y por el consecuente resentimiento; pero, sobre todo, marcado por una profunda incomprensión hacia el hecho de que la pérdida de su progenitora no parece haber tenido importancia para nadie; ni siquiera para aquellas autoridades que debieran haber puesto, en algún momento, interés en esclarecerla.

Así, el lector se sumergirá, no en la vida de un adolescente que -por edad- está formando su personalidad, sino en alguien que invierte todas su energías en crear una idea propia del concepto justicia. Cuando a sus veinte años recibe cierta información sobre aquéllos que pudieron cometer el crimen, Marc da salida, por fin, a esa peculiar forma de justicia. Y lo hace sin piedad. Es entonces cuando se desencadena una furia contenida durante mucho tiempo. Hasta tal punto, que incluso su propia vida, la que él debería haber seguido por ley natural, queda arrasada por ese extraño sentido del deber.

En resumen, El carbonero es una historia de venganza, de dolor y, en contadas ocasiones, del amor que queda, mayor o menor, hacia aquellos que nos quisieron. También es una historia de justicia, en la que magistralmente se refleja cómo el carácter que cada uno haya forjado para sí, va a definir el curso que va a tomar su vida. Quien lea tendrá la sensación de estar amortiguando el concepto de venganza y de estar cuestionándose si existe gradación dentro de la maldad.

CARLOS SOTO FEMENÍA

El carbonero

DESTINO, 288 PÁGINAS, 17,50 €

Compartir el artículo

stats