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Imprescindibles de feria

Memoria, observación, humor, corrupción y erotismo

Que la Fira del Llibre vuelva al boulevard de los árboles plateros cuatro años después de haber sido desplazada es sinónimo de retornar-a-los-orígenes. O manifestado con palabras de sesgo económico, implica liquidar la deuda pendiente que Palma tenía con esta tradición literaria. Como cuando José Carlos Llop salda cuentas pasadas y reconstruye en Reyes de Alejandría (Alfaguara) sus años de juventud en la década de los setenta en Barcelona y Mallorca; y lo aborda con una narrativa llena de detalles, que nada en la nostalgia con canciones como Brown Eyed Girl de Van Morrison o Joey de Bob Dylan, y que recuerda la poesía de Whitman y Eliot para hacer memoria de un pasado que nadie sabe si realmente existió alguna vez. Real o no, lo que sí es inherente a la condición humana es la memoria que nos lleva a preguntar por el verdadero lugar que ofrecemos en vida a los demás. Así, en Obra muerta (Minúscula), de José Luis de Juan, un hombre insomne se recrea en su pasado, acaso parcialmente imaginado, y en sus peculiares amistades de antaño para mostrar -como si de un barco navegando se tratase- su obra muerta, la que sobresale del agua, mientras que la obra viva es la que permanece sumergida.

Cambio de tercio para abandonarme ahora a las imágenes de la Palma de 1600. Hay corrupción; abusos de poder; luchas dentro de la nobleza; sexo e incluso sentencias de la Inquisición. Se trata de algunos de los temas de la última novela de Jordi Bayona, Mallorca 17 (Ifeelbook), una narración apasionante y llena de erotismo que tiene que ver con la historia del Drac de na Coca y cuyo desarrollo tiene muchos paralelismos con la sociedad de hoy en día.

En Y Dios irrumpió de buen rollo (Sloper), de Román Piña, Sor Eulalia, con la ayuda del periodista Nofre Pou, comienza una operación para cambiar el rumbo que está tomando España como consecuencia del órdago independentista de Artur Mas. Los pactos de gobierno que han expulsado al PP del poder tras las elecciones autonómicas; la irrupción de Podemos; el debate de la libertad de expresión; el twit incendiario de un concejal o la pitada al rey en el Nou Camp, todo ello en esta trama de acción, humor corrosivo y sátira.

Después de El ecuador de Ulises, Roser Amills presenta La bachillera (Ifeelbook), la historia basada en hechos reales de Leonor, una mujer valiente y avanzada a su tiempo (siglo XVIII) que se rebela ante el orden establecido en una época donde las pasiones, el erotismo, los celos y la crueldad forjarán la tragedia de unos personajes que guardan bastantes similitudes con nuestro presente.

En El secreto de la modelo extraviada (Seix Barral), Eduardo Mendoza vuelve a deleitarnos con su detective innominado de anteriores novelas, con una acción en dos tiempos y que nos revela unos personajes repletos de ternura, perdedores, marginados, aunque con una dignidad que sobresale en el tejido social de la Barcelona multifacética que Mendoza lleva tiempo mostrándonos. La ironía, el humor y la emoción se dan la mano en el desarrollo de una escenografía que ilumina una Ciudad Condal de grises aristas, pero llena de magia. Aquí nada es como parece y como se muestra. El lector se une al personaje central, cuya vida trascurre entre nosocomios, detenciones y como chivo expiatorio de la policía, para vivir unos eventos que van desde el franquismo, hasta los tiempos actuales, pasando por la Transición y las Olimpiadas de 1992.

Desde la sombra (Seix Barral), de Juan José Millás, cuenta la historia de Damián Lobo, quien al margen de su matrimonio, se introduce en el fondo de un armario para convertirse así en mirón de la vida de los otros. Un libro que pone de manifiesto nuestra condición de seres expuestos a todo lo que se refugia en la penumbra.

España, mitad del siglo XX. En Esa puta tan distinguida (Lumen), de Juan Marsé, el operador de cine Fermín Sicart estrangula con un trozo de celuloide en la cabina de la sala Delicias a Carolina Bruil, una prostituta alcoholizada que ha perdido a su hijo y que mantiene relaciones con el falangista Ramón Mir. Una novela basada en un hecho real, donde lo importante no es el asesinato, sino la desmemoria que padece Sicart a partir de la disolución de un recuerdo de su pasado. Ahí lo dejo.

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