La página web Bachtrack elabora anualmente unos índices estadísticos que, sin ser al cien por cien precisos, sirven para ver las tendencias en el mundo de la música: lo que en los últimos doce meses va cambiando. Analiza la actividad musical desde múltiples frentes. El primero de ellos es el de los compositores. Aquí hay un "top five" que varía muy poco y mantiene alejados a los "intrusos". Este año es Mozart el autor más interpretado y le sigue, a corta distancia, cómo no, Beethoven. Después van J. S. Bach, Brahms y Chaikovski. Sólo una novedad se coló entre los diez primeros, la de Sibelius, empujada su música por el aniversario que se celebró en 2015. Se ve, en este sentido, que este tipo de efemérides siguen teniendo tirón en público y programadores. Entre los compositores contemporáneos hay un trío que manda con rotundidad: Arvo Pärt, John Adams y John Williams. No tienen tanta suerte las compositoras: debemos ir al puesto 167 para encontrar la primera: Jennifer Higdon. Dato muy curioso y revelador de cuanto la mujer tiene que luchar para salir adelante en un mundo que aún no acaba de saltar determinadas barreras. Aunque, por fin, en la dirección orquestal ya se comienzan a romper tabúes y hay más mujeres al frente de orquestas en los circuitos relevantes.
Si miramos la serie por el lado de las obras más interpretadas, manda la Quinta Sinfonía de Beethoven. Le sigue El Mesías de Haendel. Y el "efecto aniversario" coloca en tercer lugar el Concierto para violín de Sibelius. Otra quinta sinfonía, la de Chaikovski le sigue en número de interpretaciones y otro concierto para violín, esta vez el de Mendelssohn va detrás. En las obras de concierto influye mucho si los números uno, por ejemplo la Mutter o Kavakos, apuestan por una obra u otra en sus giras y discos, según explica la página web.
Sigamos con listas. El director más ocupado es Jonathan McPhee. La razón es que, además de ser titular de dos orquestas, es el director musical del Ballet de Boston, lo cual significa, por ejemplo, que en el último mes de diciembre asumió ¡28 compromisos en el podio! Le siguen Simon Rattle y Valery Gergiev, Gustavo Dudamel y Kent Nagano. El más joven de los cinco es Dudamel que se ha asentado con fuerza como una de las batutas indispensables.
Entramos después en el capítulo de la productividad de las orquestas. Ninguna española asoma por ahí, tampoco del resto del sur de Europa. Sólo una italiana: La Verdi, de Milán. Norteamérica, el ámbito germánico y Gran Bretaña, copan los diez primeros puestos. Es este un buen motivo de reflexión porque es indudable que la rentabilidad social y cultural de las orquestas también va unida al número de servicios que prestan a los ciudadanos que las financian vía impuestos.
Se mantiene, por tanto, el repertorio de forma contundente, sin apenas cambios con respecto a años anteriores. No es algo positivo. Se precisa una paulatina reforma de una oferta que cada vez está más apalancada. Es verdad que, poco a poco, comienza a moverse algo el panorama cuando se va a la parte media de la tabla en la que, poco a poco, se cuelan nuevos autores y obras contemporáneas que se van asentando en las programaciones. Competir con Beethoven, Bach o Mozart no es necesario. Están ahí por algo, por haber dejado hitos artísticos para la historia. Eso sí hay que, poco a poco, ir acompañándoles con nuevos compañeros de viaje que enriquezcan tanto al intérprete como al melómano. En otra ocasión nos ocupamos de ópera y danza, que también tienen lo suyo.
