Hay canciones que se van incorporando al repertorio sentimental, en el mío figuran dos de título parecido: What a Wonderful World, que cantaba magistralmente con su vozarrón cascado Louis Armstrong y Wonderful Life, el tema emblemático del recientemente fallecido Black. Gracias a estas baladas la vida siempre seguirá guardando algo de maravilloso en el bolsillo.
Jacques Rivette era uno de los magníficos de la Nouvelle Vague (la Nueva Ola; pero en francés queda más interesante), junto a Truffaut, Godard, Chabrol, Rohmer. Su película probablemente más popular, La bella mentirosa, dura cuatro horas, pero el récord se lo lleva Out 1, doce horas y nueve minutos. Quién va a tragarse tamaño rollo (de celuloide), me dirán ustedes. Pues las ratas de filmoteca, que son como las de biblioteca, pero en cine.
La ambientación de La chica danesa resulta formidable: la música, los paisajes, las ciudades, la luz, los decorados, el vestuario. Pero la historia, no sé por qué, no llega a emocionarme, pese a las fabulosas interpretaciones de la pareja protagonista. ¿Sigue lo nórdico siendo algo frío? ¿Sólo se les da bien el crimen? Señora, si su marido le pide prestado un vestido no se inquiete, seguro que es para apuntarse a Sa Rua este domingo.
