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Narrativa

El robo del Santo Grial

´Los 16 peldaños´ es un sólido ´thriller´ histórico que reivindica una ciudad y un género en el que caben obras literarias de gran calidad

El robo del Santo Grial

¿Quien quiere robar el Santo Grial de la Catedral de Valencia? Bajo esta premisa Alicia Palazón ha construido una sólida intriga en que las pinceladas de divulgación encuentran acomodo en el interior de una trama clásica. Sin embargo, el gran valor de Los 16 peldaños. La cripta del Santo Grial, más allá de su aportación al género del thriller histórico, es poner a la ciudad de Valencia en función narrativa. Es decir, llevar un espacio que normalmente no trasciende de ciertos límites concretos de creación literaria, a un nivel que suelen ocupar otras ciudades.

Esta historia pivota sobre dos focos de interés: por un lado lo que sucede con la gran reliquia del cristianismo (y la que más páginas y horas de cine y televisión ha generado) y por otro en las historias privadas de los personajes que se mueven a su alrededor. El riesgo y el pecado de varias obras similares es tratar a los actores como maniquíes que recorren los capítulos solamente en función de los intereses de la trama mayor, sin que nada de ellos importe o afecte al relato. Aquí sin embargo sucede al revés. Partiendo de arquetipos bien conocidos de buenos y malos se supera el cliché para levantar seres que perduraran mucho tiempo en la imaginación del lector. El poderoso magnate portugués Simao Do Carmo, su esbirro El Turco, Elena Valcárcel de belleza atormentada... todos ellos tienen una historia a cuestas que desplegar en la gran partida por cometer o impedir el robo más fabuloso de todos los tiempos. En ese sentido los conflictos que aportan y sobre los que desarrollan su recorrido dramático son creíbles y están jugados con sensibilidad e inteligencia. Nada suena a postizo. Nada suena impostado. Todo sucede a la luz de la propia lógica que impone una novela que avanza a zancadas, a galope tendido, hacia la resolución final.

Y la ciudad. Valencia es una urbe que por tamaño, historia y posibilidades, seguramente merecería otro tratamiento en el panorama literario. O por lo menos liquidar la galopante estupidez de pensar que una trama en Berlín es universal y otra en Valencia (o Alicante o Dénia o Sant Mateu) es local o localista. Y ese prejuicio -que esconde otras enfermedades más graves- se cura leyendo y escribiendo novelas profesionales y honradas como Los 16 peldaños. El lector de este tipo de productos culturales encontrará que su nómina de autores, historias y espacios se ha visto ampliada y que no hay nada que echar de menos en las páginas que se le proponen frente a otras novelas exitosas del mismo corte.

En cuanto al estilo, Alicia ha conseguido una novela en que la velocidad (la urgencia, valdría decir) por llegar y la claridad no han sacrificado el gusto por cierta exactitud y musicalidad que a veces se han tratado como cuestión menor del best seller. La diferencia es que Los 16 peldaños no es una novela de diseño, pensada solamente para vender unos cuantos miles de ejemplares a costa de la voracidad enajenada del lector, sino que es una novela escrita desde el amor por el oficio. Desde cierto sentido de lo artesano que premia a los lectores de raza. A esa estirpe a la que, precisamente, pertenece Alicia Palazón.

ALICIA PALAZÓN

Los 16 peldaños

DRASSANA, 248 PÁGINAS, 17,95 €

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