1) Parece mentira lo bien que se mantiene Alicia, el personaje creado por Lewis Carroll, 150 años después de que se publicaran (en 1864) sus primeras aventuras. El domingo me acerqué a ver en el Teatre Principal de Palma la versión bailada dirigida por Maria Antònia Mas: sugerente amalgama de danza clásica y contemporánea, monólogo, canciones de Los niños del coro, Satie y cacofonía, con fragmentos de deslumbrante belleza.
2) Visité hace años uno de esos rincones, en los paisajes de Oxford que parecen pintados, a los que Carroll se acercaba alguna tarde a trasegarse una pinta. Una ´public house´ al borde del río, escoltada por los árboles. Cuentan que se inspiró para sus fantasías en la niña Alicia Liddell, cuyo apellido ha adoptado, como seudónimo, la actriz y dramaturga de Figueres Angélica González.
3) Los que dan la impresión de vivir en el País de las Maravillas son esos próceres que dicen que se ha acabado la crisis. Ahora nos llenamos la boca defendiendo la libertad de expresión, cuando aquí se ha llevado a los tribunales a historietistas por viñetas bastante más inocuas que las del Charlie Hebdo. Cada vez que oigo eso de incrementar la seguridad me pregunto cuál va ser el siguiente derecho que van a cercernarnos.
4) A propósito de los asesinatos de París, me llega un correo del mallorquín de adopción Nils Burwitz, quien se declara "sense paraules, bocabadat davant tanta barbaritat", después de "haver lluitat deu anys com artista al país de l´apartheid amb ira i sàtira, civisme i cinisme". Le acompaña el dibujo que ilustra estas líneas. Gracias, Nils.
5) El excelente actor, autor y director Joan Carles Bellviure ha ganado, con La causa, el sexto Premi Llorenç Moyà de textos dramáticos, que se entregó el jueves pasado en Can Gelabert, en Binissalem. Convocado por su Ayuntamiento y el Consell de Mallorca, en la presente edición estábamos en el jurado el compañero de estas páginas Jeroni Salom, el profesor de la Escola Superior d´Art Dramàtic Martí Fons y un servidor.
