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Opinión

Cómo acercarse a una obra capital

El texto de Piketty exige, por su complejidad, una lectura sosegada y un esfuerzo del lector que merece la pena

Amartya Sen, autor de ´Desarrollo y libertad´.

La economía como disciplina se interroga por la eficiencia y la equidad. Son los dos grandes temas de fondo, como muy bien comprendió David Ricardo, maestro en la integración de los dos planos con dos principios que, casi doscientos años después, siguen perturbando nuestras cabecitas (porque Ricardo, miren los cuadros y observen su mirada, tenía La Cabeza de todas las Cabezas). Piketty hinca el diente al tema de la desigualdad y, como no podía ser de otra forma, su figura se distancia y se agiganta respecto del resto de los investigadores, porque muy pocos y muy escogidos pueden pensar sobre este asunto. Su popularidad no es gratuita: en el mundo editorial anglosajón, bastante mezquino para las traducciones, ver publicado en inglés un original francés, es todo un puntazo. Un éxito que ha animado a una rápida traducción al español, en una editorial con solera y prestigio.

Por qué comprar este libro y cómo leerlo. El capital en el siglo XXI no es una obra amable para el lector, aunque tenga algunos guiños literarios y una exposición accesible -pero francesa, vayan advertidos-. Se trata de un libro que intenta divulgar los principales resultados de un programa muy serio de investigación, que echó a andar a finales del siglo pasado. Con numerosas publicaciones en revistas académicas de altísima reputación, Piketty mastica sus ideas y las presenta al lector con dos sencillas identidades, punto central de sus cálculos empíricos y estimaciones. Como 2+2 lo puede entender todo el mundo, este sencillo ancla puede ayudar a la navegación por unas páginas de indudable calado técnico. El libro no es amor a primera vista, porque la belleza de las identidades macroeconómicas es proporcional a la complejidad de las partes que las componen y de los numerosos cálculos y supuestos que hay que hacer para llegar a dar unos "órdenes de magnitud" sobre el asunto tratado: la estructura y dinámica de la desigualdad y de la concentración observada en los procesos de acumulación de la riqueza, del capital. Un ejercicio de historia serial o social, o de "historia fluctuante", si se quiere, pero sólidamente amarrado a unas identidades, a un sencillo marco.

Los libros complejos y densos merecen lecturas sosegadas, con un tempo. Dieciséis años atrás me compré un libro fundamental. Recuerdo perfectamente la librería y cómo decidí la compra: leí la maravillosa introducción y la contraportada; además, quería compensar a la editorial por su buen hacer, traduciendo al español rápidamente la obra. Sin embargo, pronto descubrí con cierto horror que aquel libro, escrito con una pulcritud, humor y clarividencia envidiables, era impenetrable para mis conocimientos. Solamente alcancé a comprender dos capítulos. Y lo dejé apartado en la biblioteca.

Mas la historia tiene un buen final: con el paso del tiempo pude volver sobre él, y asimilar sus enseñanzas e información -e incluso poner en cuestión algunas de sus afirmaciones más tajantes, que "deflacté" convenientemente-. Moraleja: no está escrito en ningún sitio cuándo hay que leer y llegar a comprender un libro. Si cae en sus manos el libro de Piketty -o cualquier otro- algo de esto puede ocurrirle. En el caso que nos ocupa, barrunto que podrá sacar provecho de la afortunada y extensa introducción, donde el autor presenta sus motivaciones y el hilo argumental, que desgrana a continuación en dieciséis capítulos, algunos de ellos con una lectura independiente. Si se atasca, persista y persevere: creo que el esfuerzo merece la pena.

Dónde encontrarlo. Obviamente, en las librerías, pero también en las bibliotecas públicas. A las bibliotecas públicas y a los bibliotecarios se les aplica, con todas sus consecuencias, la ley de Gresham inversa: un buen libro expulsa a uno malo. Convendría hacer una poda y eliminar las malas hierbas que pueblan las baldas de nuestras bibliotecas, evitando las malas adquisiciones -que contribuyen al despilfarro y a la inequidad de conocimientos- . Y además, hacer un buen esfuerzo de clasificación con la cdu y el tejuelo, para que la obra de Piketty coincida en un pequeño cluster y anime a consultar otros trabajos, como el de Branco Milanovic (Los que tienen y los que no tienen, 2012), Amartya Sen (Desarrollo y libertad, 2000), o los trabajos en línea de Shorrocks y Davies para UNU-WIDER (2008) y Credit Suisse (2010 a 2014). Unas lecturas muy recomendables para arrancar un año caliente, que contribuirán a una cabal reflexión sobre un tema con tracción mental a las cuatro ruedas y que merece toda la atención de una ciudadanía bien informada.

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