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Cine

Con las víctimas de Charlie, contra los delirios de Kim

Escena de la película ´La entrevista´.

Comienzo por La entrevista. A ver si me aclaro:

A) Un guionista escribe un libreto en el que una pareja de periodistas acceden al presidente del gobierno norcoreano y lo asesinan. B) La película pasó todos los filtros de desarrollo y producción sin aparentes contratiempos. C) Justo cuando está a punto de estrenarse, la multinacional multisectorial Sony, propietaria de la productora y la distribuidora del filme, recibe C1) un ciberataque que saca a la luz mucha información sensible; C2) amenazas de represalias por parte del gobierno norcoreano. D) Los de Sony se achantan y anulan el estreno. E) Se monta un pifostio mediático mundial tal que la compañía prueba un estreno en número limitado de salas. No ocurre ningún incidente y el estreno regala además mucha publicidad blanca al filme y a Sony. F) Cuaja la hipótesis de que el ciberataque a Sony fue obra de empleados churruscados; complicado demostrar si los norcoreanos les contrataron, pagaron, incitaron o se limitaron a ponerse la medalla gratis.

Esta secuencia de hechos, además de la conexión Borat (quejas del gobierno kazajo por denigrar al país entero) señalada por M. Vallés, me recuerda a otro argumento, el de Network (Sidney Lumet, 1976). Lo refresco: a un presentador de noticiero televisivo le comunican que, debido a las bajas audiencias, será sustituido al cabo de una semana. En su siguiente aparición el periodista airea su inminente despido y añade que en su última aparición se suicidará ante las cámaras. Ese anuncio provoca que se disparen otra vez sus audiencias, poniendo a sus jefes en un brete.

Regresando al futuro, la gran duda, la pregunta del millón es: ¿Los puntos A-C han sido provocados por una mezcla de cobardía e inepcia de los mandamases de Sony o ha sido una premeditada estrategia publicitaria para montar un revuelo tipo Network?

Preguntas colaterales: ¿consultaron con las diplomacias -de Japón y Estados Unidos- para evaluar la seriedad de la amenaza norcoreana? ¿En qué se podría concretar esa amenaza? ¿Ataques terroristas tipo Al Qaeda? ¿Utilizar la bomba atómica? ¿Secuestrar a ciudadanos estadounidenses o japoneses? ¿Más ciberataques? ¿Todo eso por una floja -cuando escribo estas líneas aún no se ha estrenado en España, me remito a mis colegas americanos- comedia de Hollywood?

Esto enlaza con el atentado islamista contra el semanario Charlie Hebdo. Visto con perspectiva histórica, siendo brutal no deja de seguir una pauta milenaria. Halcones contra palomas, guerra de civilizaciones, al enemigo ni agua. A principios de los 90 del siglo XX parecía que el islamismo extremo estaba medianamente controlado, como los fascismos en los países occidentales. Al Qaeda mostró que en absoluto, y que los fanáticos no se contentaban con el laissez faire en sus territorios. La proscripción de Salman Rushdie y atentados como el de París muestran que los islamistas más fanáticos no se contentarán nunca. Siempre buscarán una excusa para atacar a los occidentales, siempre se sentirán agraviados por algo, aunque sea una nimiedad, siempre utilizarán la propaganda interna para tergiversar esa nimiedad.

Y siempre los creadores o informadores serán (junto con los cooperantes, que también se la juegan a diario) las víctimas más fáciles de atacar. El régimen norcorerano ha aprendido desde hace décadas que una mordaza informativa bien aplicada es extremadamente efectiva. Los islamistas ha comprobado también que acciones puntuales, como la fatua de Rushdie, los secuestros de cooperantes o ataques contra humoristas, son igual de resolutivos. Atacan a inocentes para asustar a los dirigentes (occidentales), porque dan por hecho que una gran mayoría de ellos son, como los ejecutivos de Sony u otras corporaciones, pusilánimes. Malos tiempos.

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