Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cine

Impunes, ¿siempre?

Fotograma del documental de Kirby Dick ´The invisible war´. chain camera/rise/itvs

El goteo de denuncias y acusaciones incluye sectores muy relevantes de la sociedad. En la Iglesia católica hay procesos judiciales abiertos en Granada, e incluso Mallorca. En los ejércitos ocurre algo similar, con noticias espaciadas regularmente. En Estados Unidos, el documental The invisible war (2012) fue nominado al Oscar en su categoría. Cuenta cómo un alto porcentaje de las mujeres enroladas en el ejército han sufrido, sufren, desde acoso leve hasta violaciones, y que los superiores se han negado de plano a tomar medidas correctivas.

Pasamos al sector del espectáculo. Reino Unido. Jimmy Savile, fallecido en 2011, fue uno de los presentadores del mítico programa Top of the pops de la BBC. Su fama llegó al punto de ser nombrado Caballero por la reina de Inglaterra. Y no fue hasta su fallecimiento que se comenzaron a tomar en serio las acusaciones sobre él de abusos de menores. Acusaciones que, por el número de casos y la consistencia de alguno de ellos, hacían dudar de que fuera una simple campaña de desprestigio. Las sucesivas investigaciones han mostrado que tanto la policía como la BBC le dejaron vivir a sus anchas durante décadas. Por amistades férreas o vergüenza por no haber actuado antes o con más firmeza. Ya no se le puede juzgar pero se ha roto al menos la ley del silencio.

En el continente opuesto, una cineasta de Hollywood, Amy Berg, intenta difundir un documental reciente sobre casos de pedofilia/pederastia en la Meca del cine. Un sólo apellido con cierto renombre (Bryan Singer, director de X-Men, Sospechosos habituales o un par de episodios de House) y muchos hombres en la sombra, agentes de actores, ejecutivos de las productoras, vinculados a programas infantiles y que, amparados por esa cobertura, montaban fiestas también infantiles que acaban con actividades poco inocentes. El título de la cinta es An open secret (un secreto a voces en traducción propia). No encuentra distribuidor ni sala de exhibición que quiera pasarla. Y si eso no ocurre, tampoco pasará al circuito de DVD. Acabará, lo más probable, en la banda ancha de Netflix. O sea, invisible para una inmensa mayoría de espectadores/ciudadanos.

Todos estos casos tienen un denominador común: la omertá, la ley del silencio impuesta por los de más arriba para esquivar las garras de la ley. El mundo nunca ha sido un paraíso. Salvo ¿quizás? algún lustro de estabilidad y prosperidad, las desigualdades, los abusos de poder, los atentados contra la dignidad e integridad física de las personas han sido más frecuentes de lo que queremos creer. Documentales como An open secret o The invisible war, y obras de ficción como la excelente La isla mínima, nos recuerdan que la bestia sigue ahí, bien despierta; que no debemos bajar la guardia.

Compartir el artículo

stats