El Atlético Baleares rescata un punto ante el Real Madrid Castilla

Poco más se le puede pedir a la primera mitad que se vio en la ciudad deportiva del Real Madrid. La puesta en escena de los de Xavi Calm, que sorprendió dejando en el banquillo a Canario, es la de un equipo que quiere ser amo y señor en cada campo. Protagonista con el balón, jugaba con las líneas muy adelantadas, dificultando la salida de los de Raúl González.

Sin embargo, con la llegada del minuto diez, comenzó la locura en el Alfredo Di Stéfano. Quince minutos de desenfreno futbolístico. Todo arrancó con una falta al borde del área para el filial madridista, el balón pegó en un defensa y René, incomprensiblemente, midió fatal la salida y arrolló a Gudjohnsen, el hijo del exfutbolista de Barcelona y Chelsea, en su intento de ir a atrapar el esférico. Cuesta entender un fallo así en un guardameta con tanta experiencia. 

Arribas se encargó de ejecutar la pena máxima con un tiro seco ajustado al palo izquierdo. Demasiado castigo para un Baleares que no merecía ir perdiendo. La situación se normalizaría tan solo tres minutos después, esta vez gracias a un magistral lanzamiento de falta directa de Hugo Rodríguez. Desde cerca de veinte metros, dibujó un disparo teledirigido a la escuadra ante el que nada pudo hacer Fuidias. El Baleares empataba, pero perdía a su goleador, que en la celebración se echaba la mano a la parte posterior de la pierna derecha, retirándose del campo y dejando a su equipo con uno menos momentáneamente.

El encuentro ya cumplía con las expectativas. A pesar del aguacero, los dos equipos jugaban sin miedo y buscando emplear sus armas. La intensidad y verticalidad en el cuadro blanquiazul, la posesión en el conjunto merengue. Y tan solo tres minutos después, mientras Canario esperaba en la banda a poder ingresar al campo, saque de esquina para los de Raúl, y Gudjohnsen emergió en el primer palo para imponerse a la defensa y rematar de cabeza. René despejó como podía sobre la línea y el propio atacante se encargó de reventar el balón al fondo de la red. Tres goles cuando apenas se habían cumplido veinte minutos.

El duelo siguió por los mismos derroteros, aunque los nervios empezaron a florecer. Especialmente cuando Canario, en el 30, reclamó un posible penalti por agarrón de Rafa Marín. Su airada protesta le costó una tarjeta amarilla, mientras que el colegiado expulsó con roja directa al entrenador de porteros blanquiazul. 

Tras el paso por vestuarios, el Baleares salió dispuesto a arreglar el marcador y empezó a inclinar el campo hacia el área madridista. Y fruto de ello llegó el tanto del empate. Centro de Vilarrasa para que Ferrone, llegando desde atrás, reventara el balón a bote pronto marcando su primer gol con la camiseta blanquiazul. Un disparo que desvió Marvel e hizo inútil la estirada de Fuidias.

Los minutos fueron pasando y el Baleares no encontraba la manera de culminar la remontada. De hecho, René, villano en el primer periodo, pudo resarcirse evitando el gol de la victoria del Castilla con una tremenda parada a Dotor en el 88. Un empate que no contenta al Baleares, pero que les permite seguir invictos en Liga.