Hoy os voy a hablar de un lugar que no creo que salga en la mayoría de guías sobre Copenhague, aunque en mi opinión merece mucho la pena, el lugar es conocido como Dyrehaven ("Parque de los ciervos") en Klampenborg.

Este sábado me reuní con unos cuantos amigos en Nørreport, allí compramos algo para poder comer más tarde. Cogiendo la línea C del S-tog (tren del área metropolitana de Copenhague) nos dirigimos a la estación de Klampenborg. Unos veinte minutos de trayecto o doce kilómetros nos dejan en nuestro destino, al salir del tren simplemente caminamos unos minutos y nos disponemos a entrar en uno de los sitios más curiosos y bonitos que puedes visitar cerca de la capital danesa.

El parque tiene un área de 11 km2. Era el antiguo sitio donde cazaba la familia real danesa y en ella se encuentra una serie de caminos forestales, arboles gigantes, una cantidad inmensa de ciervos (más de dos mil)y lo más curioso un parque de atracciones.

Pasada la gran puerta roja de la entrada mi amiga Martina ,como siempre que solemos hacer rutas por Copenhague, nos empieza a contar curiosidades sobre el parque (¡gracias Martina!). Podemos ver que básicamente estamos rodeados de bosque y sorpresa, escuchamos gente gritando y ruidos de montañas rusas. Delante nosotros tenemos Bakken ("La colina") el parque de atracciones mas antigua del mundo, fue abierto en 1583. Obviamente no esperéis encontrar un Port Aventura, es un parque clásico con atracciones no muy altas pero con mucho encanto.

Proseguimos nuestro viaje hasta el centro del parque, porque allí está lo que hemos venido a ver, los ciervos y gamos , estos últimos más pequeños y con manchas blancas, lo que comúnmente se conoce como un Bambi. Y así es, a lo lejos en la llanura podemos ver una manada de ciervos, diría que un centenar, como curiosidad algunos de ellos son albinos.

En el centro del parque nos encontramos una casa señorial (Eremitageslottet) usada por los reyes al venir a cazar y tener reuniones con invitados. Hay que decir que pudimos disfrutar de buen tiempo 15ºC a pesar de ser mediados de octubre.

Finalmente nos decidimos a salir después de estar tirados en la hierba, esta vez pasando por la salida que nos lleva al mar, pero antes de poder hacerlo, nos sorprende un grupo de unos treinta ciervos a unos 5/6 metros del camino, parece que ni se inmutan por la presencia de gente alrededor, aunque yo no probaría acercarme más, algunos de ellos tienen unas enormes y afiladas astas.