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Memorias de la cocina

La rica cocina mallorquina de otoño

La rica cocina mallorquina de otoño

Todas las estaciones son propicias para la buena cocina; ofrecen productos que se esperan con ansia y que permiten adaptarnos a los ciclos de la tierra. El reloj gastronómico nos sugiere el momento ideal para el consumo de cada uno de los ingredientes.

Otoño nos ofrece la mítica llampuga, los primeros buñuelos y orellanes, un amplio abanico de setas (aunque las propias inciden poco en los mercados) que junto con la caza ofrecen platos contundentes, frutas diversas (nesples, serbas, granadas, caquis, castañas, gínjols, membrillos€)

Con otoño llegan abundantes verduras y hortalizas (alcachofas, acelgas, boniatos, las últimas berenjenas, calabaza, espinacas, coles, zanahorias€) que nos permiten realizar platos calientes los días más frescos, desde las sopas con col, cremas de hortalizas o potajes vegetales enriquecidos con hortalizas variadas.

Llega el momento idóneo para preparar toda una serie de licores caseros (membrillo, granada, mandarina€) exquisitos y sencillos ya que la mayoría se realizan por maceración en alcohol o aguardiente y espléndidas confituras y frutas confitadas, que penderán del tradicional rosario de golosinas de Tots Sants.

Pero el mayor impacto en nuestra cocina lo proporciona la matanza del cerdo: la cocina propia del día, los embutidos, conservas y salazones, con todo lo que significan para nuestra gastronomía a lo largo de todo el año.

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