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Tribuna: Ecologismo de palabra, por Gabriel Company

Pasado el ecuador de la legislatura, la gestión del Govern presidido por Francina Armengol presenta un pobre balance en materia medioambiental. El conseller del ramo, el nacionalista Vicenç Vidal, ha hecho muchos méritos para dejar de sentarse cada viernes en la mesa del Consell de Govern y, si continua, es por los equilibrios que la presidenta debe hacer para mantenerse en el Consolat. Si Vidal fuera del PSIB-PSOE, ya no sería conseller del Govern.

De entrada, nos encontramos ante un conseller que ha modificado su currículum para ocultar que ha trabajado para una empresa a la que adjudica contratos desde la administración. O que se dedica a repartir contratos a amigos y afines de Més. O que está más centrado en la persecución política que en la gestión en favor de los intereses de los colectivos a los que debería defender. Todo muy transparente.

El gran cambio medioambiental prometido por los partidos de izquierda que gobiernan ahora se reduce a la declaración del parque natural de es Trenc-es Salobrar de Campos. Declaración hecha, todo sea dicho, sin ningún consenso con los propietarios de las tierras. Además, hay que remarcar que se trata de una zona que ya contaba con la protección medioambiental necesaria para salvaguardarla de cualquier tipo de especulación. Estamos, por lo tanto, ante otra acción más de pura mercadotecnia de este Govern, más preocupado por salir bien en la foto que por gestionar de verdad. Más allá de esta actuación, poco que rascar.

Con un Govern que maneja un presupuesto con mil millones de euros más que en la pasada legislatura, poco o nada se ha mejorado en protección de la mar. Los medios para proteger la posidonia y controlar los fondeos siguen siendo prácticamente los mismos que tanto criticaban algunos cuando entonces estaban en la oposición.

Los torrentes, como denuncian muchos municipios, cada vez más sucios cuando tenemos a la vuelta de las esquina las lluvias otoñales. Y el concurso para adjudicar su limpieza, recurrido por deficiencias.

Nada nuevo en materia de depuración o abastecimiento de agua a lo que el Govern del PP dejó planificado con el ministerio a finales de la pasada legislatura. Más de dos años después, el actual Govern ha sido incapaz de licitar ni una sola actuación propia en materia de depuración. Las inversiones brillan por su ausencia en un Govern que maneja el presupuesto más alto de la historia en esta comunidad.

Es una lástima que con más recursos, como los que dispone este Govern y este conseller, todo esté más sucio. El servicio de limpieza de playas ha empezado este año en pleno mes de julio. Hay lugares emblemáticos como el torrent de Pareis llenos de basura por la desidia del conseller.

Y en materia forestal, los bosques también acumulan zonas convertidas en vertederos, y nada se ha hecho para fomentar la silvicultura y la gestión de nuestra masa forestal, como recogían la ley agraria y la ley de Montes aprobadas la pasada legislatura. Desgraciadamente, nos volveremos a acordar cuando volvamos a tener algún incendio de grandes dimensiones.

Eso por no hablar del ámbito agrario, que también es medioambiente, aunque el conseller Vidal no lo entienda así. Pero que le pregunten a los agricultores y ganaderos de Balears por qué han vuelto a ser los últimos en cobrar las ayudas directas de la PAC, o por qué el Govern tiene más de 700 solicitudes por resolver de las ayudas PDR. Eso sí, era prioritario suspender la Ley agraria aprobada por el PP, con el consenso de todo el sector, porque posibilitaba ingresos adicionales para nuestros payeses. Un ejemplo más del autodenominado "Govern de la gent" legislando en contra de la gente. Y es que al conseller Vidal con la agricultura le pasa lo mismo que al Govern con el turismo: ni sabe, ni le gusta, ni le interesa.

*Presidente del PP de Balears

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