La mayoría de los españoles querría a Adolfo Suárez de presidente del gobierno, según una encuesta del CIS. Bien se puede decir que Adolfo Suárez se adelantó a su tiempo porque en sus mandatos tuvo unos fieles muy fieles pero le ganaron sus propios infieles y le doblaron el brazo hasta que dimitió. El resto de los votantes le tenía un odio de alto voltaje. Mucha gente quiere que le gobierne Suárez porque sólo conoce al personaje de la canonización y porque los muertos, en su cese de actividad, dejan de equivocarse. Lo mejor del resultado de esta encuesta es que cabe suponer que los nostálgicos del suarismo han sucedido a los nostálgicos de Franco, a los que se ve mucho más disparando desde los córners ultras del PP y de la Iglesia, los juzgados e instituciones civiles rancias.
La pregunta de la encuesta del CIS sólo dejaba escoger entre los presidentes del gobierno de la democracia española pero excluyeron a Leopoldo Calvo-Sotelo, que gobernó desde la dimisión de Suárez a la victoria de González. En esos meses tuvo tiempo de meter España en la OTAN sin preguntarle más que al embajador de Estados Unidos. ¿Qué no se le conoce en alguna franja de edad? ¿Y qué? Parte de los que opinaron conoce a Adolfo Suárez por el libro de la ESO y las reposiciones de Cuéntame. Varios millones de españoles no pasaron un día de su vida bajo el largo mandato de Felipe González y sólo lo conocen como político venezolano en el exilio, artesano jipi ocasional y socialista intermitente en España.
José Luis Rodríguez Zapatero sale mejor en las encuestas que en los medios de comunicación, donde se le tiene por desastre unánime. Un tres por ciento de personas le preferirían en la Moncloa al inquilino realmente existente, Mariano Rajoy. Excluir a Calvo-Sotelo está muy mal. No sigue el criterio de la historia sino por el más contemporáneo de la fama. Si viviera, Calvo-Sotelo no sería famoso y nadie le pediría un selfie porque no sabía sonreír hacia fuera. Excluirle desvirtúa el resultado de la encuesta: ¿Y si hubiera sacado mejor resultado que José María Aznar, al que sólo quisiera de presidente el 8%? ¿Y si los españoles prefieren lo desconocido por olvidado a lo malo conocido?
