-¿Qué tal, don Baltasar?
-No me llame Baltasar, llámeme Balto, que llamarme Baltasar ya no me va a gustar.
-Menudo lío ha montado usted el otro día…
-¿Mande?
-Hombre, eso de echar a la prensa…
-Claro, como usted publica sus cosas en la prensa —que eso sí que es para hacérselo mirar—, también le sentó mal. Pero el reglamento dice lo que dice.
-A ver, si nos vamos al reglamento hasta el Barça tendría que estar eliminado de la Chapinos.
-No empecemos… si todavía lo del otro día va a ser igual que pitar un penalti…
-…más bien igual que pitar una expulsión.
-Dejémoslo en un fuera de juego.
-Hay quién le acusa de interpretar el reglamento de manera estrictamente literal.
-A ver, el reglamento del parlamento, o el reglament del parlament, está escrito con letras. Y esas letras las juntas y ponen lo que ponen.
-¿Y qué ponen?
-Que dos y dos son cuatro. Y eso no se puede interpretar de ninguna manera, a no ser que no sepas aritmética, claro.
-Pues los de su propio partido no le han apoyado mucho, que digamos…
-¿He dicho yo que los de mi partido sepan aritmética?
-Al final va a dar usted tanto espectáculo como Huertas.
-No sé si voy a tener tiempo suficiente para tanto.
-Pero usted no estaba de acuerdo con el artículo del reglamento que ordenó aplicar…
-Tampoco estoy de acuerdo con que la circulación de los coches sea por la derecha. A mí me gusta más como en Inglaterra y Japón. ¿Y?
-Pero es que si tiene usted que echar a todo el mundo cada vez que se discuta algo sobre el decoro de la cámara o del de sus señorías, me parece que se van a quedar solos más de una vez…
-Lo raro será que nos quedemos acompañados alguna. Sí.
-Pero explíqueme, ¿cómo es posible que un día los de Podemos llamen mafioso a Álvaro Gijón y hablen de cueva de ladrones y al siguiente usted defienda su honorabilidad echando a la prensa?
-Ah no. Eso pregúnteselo a Jarabo y a Camargo, que son los listos de mi partido, o a los que hicieron el reglamento.
-Bueno, usted ya se ha disculpado diciendo que errar es humano.
-Herrar, con hache. Herrar es humano, sobre todo si aún te desplazas a caballo.
-Es usted un exagerado con la literalidad.
-La Biblia manda apedrear a los hijos rebeldes en público. Que lo sepa usted.