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Medio Ambiente

El inexplicable recibo de la basura

Múltiples factores inciden en el valor final del recibo de gestión de residuos que los ciudadanos pagan anualmente.

En algunos muncipios se imputa el coste de la gestión del punto limpio en el recibo anual de gestión de residuos. ll. a.

Periódicamente la atención mediática se centra en la factura eléctrica como elemento indescifrable y de difícil comprensión para quien la consume. Sin embargo, hay otra que ha pasado y pasa mucho más desapercibida y, en muchas ocasiones, compite en dificultades de comprensión al de la electricidad: el recibo de gestión de residuos.

Llega cada año (o trimestralmente) según el ayuntamiento a todos los hogares de Mallorca. Como la totalidad de impuestos y tasas, el popularmente conocido como recibo de basuras genera, nunca mejor dicho, rechazo. ¿Y a quién no? A nadie le gusta pagar. Sin embargo, detrás de este recibo hay una serie de servicios absolutamente dispares que determinan su precio final. Y es que establecer una regla general de lo que incluyen los recibos de gestión de residuos de todos los municipios mallorquines es, sencillamente, imposible. Lo que cobra cada ayuntamiento (y los costes que imputa) es tan variado como municipios hay en la isla, es decir, 53.

Con datos del Consell de Mallorca, el pasado 2016 una misma vivienda podía pasar de pagar el recibo más barato, de 69 euros, a la misma vivienda situada en otra localidad, 242. ¿A qué se debe esta diferencia? En líneas generales, en el recibo de tratamiento de residuos se incluyen tres grandes bloques. Por un lado, el coste de la recogida de residuos hasta la planta de tratamiento. Los diferentes sistemas de recogida tienen costes variados que repercuten directamente en lo que paga el ciudadano. A este valor se le añade el de la incineración de los residuos que el generador no ha depositado en el contenedor de recogida selectiva. El tercer coste es un cajón de sastre donde se incluyen conceptos tan diferentes como la limpieza viaria, la de mercados, la recogida de trastos municipal, recogida de podas, la limpieza de fiestas municipales, la gestión del punto limpio, etc. La suma de todos estos factores da el volumen total del servicio, que el ayuntamiento traslada a sus habitantes en diferentes modalidades (viviendas, hoteles, comercios, restaurantes, etc.)

Factores que reducen el recibo

Uno de los factores que atempera el coste final de la gestión residuos en un municipio es la venta de residuos de valor positivo que el ciudadano ha segregado en origen. Así, por ejemplo, el municipio puede vender la chatarra que los ciudadanos han llevado al punto limpio de su municipio. Los ingresos derivados de su venta permiten aliviar, en mayor o menor medida, el coste del recibo anual. Otro de los residuos que se venden es el papel y cartón que se recoge de manera selectiva. Como sucede con otras materias primas, su precio varía a lo largo de los meses, así como las toneladas generadas y las efectivamente recogidas.

A pesar de lo anterior, los ayuntamientos no reciclan estos residuos directamente sino que los venden a recicladores. Esto provoca que haya situaciones de mercado difícilmente comprensibles y cuyas consecuencias pueden acabar afectando directamente al bolsillo del contribuyente. Así lo ha puesto de manifiesto la Asociación Española de Recicladores Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR) que informa del estancamiento del precio del papel recuperado en España. Un valor que en comparación a las continuas subidas en el resto del mundo, no sólo amenaza la viabilidad de las empresas del sector sino que, en palabras de su director general, Manuel Domínguez, "puede derivar en un incremento lógico del coste de la gestión de estos residuos a los ayuntamientos y, por tanto, en la tasa de los ciudadanos".

A lo largo del pasado trimestre, señala REPACAR, los precios de papel recuperado han subido drásticamente en todo el mundo, mientras que en España han mantenido una tendencia a estancarse. "Desde la asociación ya hemos realizado diversas advertencias de que la concentración empresarial hacia la que tiende el mercado de papel en nuestro país es una amenaza evidente a la libre competencia y esta divergencia en los precios del papel recuperado es una prueba más", apunta Domínguez.

Pese a que los datos de febrero indiquen una ligera subida del precio de papel recuperado en España, "el mercado de exportación seguirá siendo significativamente mayor que el nacional", indica el director general de REPACAR. Una cuestión difícilmente atribuible a las variaciones de los mercados. "Podríamos achacar este hecho tan perjudicial para nuestras empresas a una reacción tardía del mercado interno, pero, sinceramente, cuando hay quien se ha beneficiado de esta situación durante estos meses y lo sigue haciendo con esta clara diferencia de precios, lo razonable es que nuestra mirada se dirija hacia allí".

Tan grave como esta merma en la competitividad de las empresas dedicadas a la recuperación de papel y cartón ante sus homónimas europeas, es la consecuencia directa que tendrá en la subida del coste de gestión de este tipo de residuos para los consistorios españoles, tal y como explica Domínguez. "Debido a la competencia en las licitaciones públicas de la enajenación de la recogida selectiva de papel y cartón que realizan los municipios, cuanto mayor sea el precio de venta para los licitadores, menor será el coste de la gestión de estos residuos para los consistorios", añade. En este sentido, REPACAR recuerda que hay casos concretos en los que los propios recuperadores ofrecen servicios gratuitos de recogida a los municipios a cambio del papel y el cartón recuperado, por lo que el coste de gestión de este flujo de residuos para el ayuntamiento es nulo.

Además, "en una coyuntura en la que desde la Unión Europea aumentarán los objetivos de reciclaje y cada Estado miembro asumirá mayores tasas de recogida, uno de los principios en los se basará su consecución, como ya ha advertido la Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC), debe ser asegurar el libre mercado de las materias primas secundarias", explica Domínguez. "Hacer caer o estancar el precio del papel recuperado en Europa a través de la imposición de trabas a su libre comercio, no sólo pone en serio riesgo el trabajo esencial que realizan las empresas de recuperación de papel y cartón en nuestro país, sino que supone una subida de los costes de recogida para los municipios que, a su vez, tiene que asumir el ciudadano a través de los impuestos que paga", concluye el director general de REPACAR.

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