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Memorias de la cocina

La col, muy presente en nuestra historia gastronómica

La col, muy presente en nuestra historia gastronómica

Aunque su consumo no sea el de antes, la col sigue muy presente en la gastronomía tradicional de Mallorca. Desde siglos atrás, debido a sus cualidades nutritivas e incluso a los efectos benéficos para la salud e incluso curativos „fueran ciertos o no„ la col fue convirtiéndose en una verdura casi de uso diario y recurso imprescindible en los largos viajes marítimos, como primer remedio contra el escorbuto.

Los romanos conocían perfectamente esta crucífera, y sus efectos benéficos (dolencias pulmonares e intestinales) aparecen en las obras de Catón y de Apicio.

Aunque la col fue uno de los vegetales que Roma exportó y bien pudo introducir en la isla (como los nabos, rábanos, hierbas aromáticas y árboles frutales), todo parece indiciar que fueron los árabes quienes aportaron el uso sistemático de la col, como alimento y como remedio medicinal. En la Baja Edad Media se menciona la col y, siglos más tarde, a través de algún recetario conventual, sabemos que la col era utilizada, tanto en cocidos, como en sopas e incluso sola.

Posiblemente por lo accesible y por las pocas dificultades de su cultivo, fue convirtiéndose en una de las más típicas verduras de invierno. Imprescindible en las sopas, pero igualmente importante en platos como el lomo, los palomos o los tordos con col o el arroz con col, una de las delicias de esta cocina tan injustamente denominada pobre.

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