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Se merece carnes rojas, guisados de monte, pichones al espadón o riñones. Combina con queso de cabra y oveja de Formentera.

La cata

Es Monestir 2012, tinto con crianza de Monastrell de Formentera

La variedad Monastrell es oriunda de España, conociéndose también por los apelativos de Mataró, Matrassa y Mourvédre, este último relacionado con el de Murviedro, denominación que tuvo Sagunto en la antigüedad. Aunque algunos no la valoran mucho, se trata de una variedad mantenida en buena parte del Mediterráneo español, como en el sur francés, California, Australia o Azerbaijan. La bodega Terramoll, en La Mola de Formentera, elabora con la Monastrell, muy bien adaptada a terrenos de lluvias reducidas y altos calores como sucede en la Pitiusa Menor, su tinto Monestir, fijándonos en la añada 2012, que demuestra perfectamente la morfología particular de esta uva, en su particular hábitat. Su crianza fue de un año en barricas nuevas de roble francés. Alcanza ya una tonalidad roja intensa, con toques terrosos. No faltan notas a frutas rojas y especias suaves. Su paso por el paladar es suntuoso e intenso.

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