Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Medio ambiente

¿Quo vadis residuo? (y II)

Un informe elaborado por el Senado muestra una foto fija del reciclaje en España e indica dónde existe margen de mejora

La ropa puede ser reutilizada.

Muchas veces actuamos al final sin buscar el origen del problema o minimizar sus consecuencias. En medio ambiente e ingeniería, estas técnicas end of pipe o al final de la tubería son las que se cometen habitualmente. Por ejemplo, para tratar las aguas residuales de un municipio se construye una depuradora, para gestionar un flujo de residuos se dimensiona una planta de valorización energética, un vertedero o una planta de reciclaje. Sin embargo, pocas son las iniciativas para reducir el volumen del agua que llega a una depuradora o los residuos que se generan. Pese a no prescindir de la necesaria solución de final de la tubería, la aplicación de medidas como la prevención o la reparación y reutilización de residuos son herramientas cada vez más necesarias para la correcta gestión de los desechos. La Ponencia de estudio para la evaluación de diversos aspectos en materia de residuos y el análisis de los objetivos cumplidos y de la estrategia a seguir en el marco de la Unión Europea se elaboró poco antes de terminar la pasada legislatura y muestra el margen de crecimiento que existe en el campo de gestión de residuos más allá del reciclaje.

Prevención

La prevención es el primer nivel de la jerarquía de residuos "y no ha sido suficientemente abordado dentro del paquete de economía circular. No se ha introducido ningún instrumento jurídico vinculante, con la excepción de los residuos alimentarios que obliga a la reducción de su generación en un 30% en 2025", asegura Carlos Martínez Orgado, presidente de honor de la Fundación para la Economía Circular. Con el resto de residuos, como papel, envases, enseres y equipos o materia orgánica más allá del despilfarro alimentario, la actual legislación europea no marca objetivos cuantificados.

Y es que invertir en prevención es ahorrar en el resto del ciclo del reciclado. "Cada euro invertido hoy en prevención ahorra bastantes euros en infraestructuras", explica Josep Maria Tost, ex director de la Agencia de Residuos de Catalunya.

Capítulo aparte merece la prevención de residuos orgánicos. A día de hoy el 40 % en peso de los residuos que diariamente genera un ciudadano es materia orgánica, es decir, 1,3 kilos diarios. Partiendo de esta base, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha realizado un estudio analizando diferentes escenarios para una mejora del reciclaje en España. Entre las diferentes conclusiones hay una de demoledora: en caso de no existir limitaciones al movimiento de productos de origen agroalimentario en todo el territorio nacional debido al coste del transporte, el compost que se generaría de separar la materia orgánica de los hogares españoles sería suficiente para cubrir la demanda de nutrientes de todos los suelos agrícolas de España. Una aseveración de calado que muestra la colosal generación de alimentos o restos de alimentos que terminan en el vertedero.

Otro campo de actuación que sí se está trabajando es el del ecodiseño. "En cada vez más ocasiones se fabrican productos atendiendo a criterios que compatibilizan los objetivos comerciales y de marketing con su condición de reciclable", explica Antonio Martínez Mocholí, director general del Grupo Martínez Cano, empresa dedicada al reciclaje de papel y cartón. Esto genera dos efectos beneficiosos. Por una parte hay un aumento significativo en el valor del residuo que llega a los recicladores y, por el otro, hay un incremento importante en el volumen de residuos que pueden ser transformados. "Ambos efectos constituyen un impacto económico que redunda, finalmente, en un menor coste para el ciudadano", añade Martínez Mocholí.

Recogida

"Generamos anualmente 23,4 millones de toneladas de residuos de las que el 20 % se gestiona por vía privada y el 80 % por vía pública", explica Carlos Martínez Orgado. En líneas generales, los grandes productores de residuos, como grandes superficies y fábricas, contratan a sus propios gestores de residuos por lo que su tratamiento sale del canal público de gestión que sí trata los residuos de origen domiciliario. "En el ámbito de generador privado de residuos, el grado de reciclado y eficiencia de la gestión son muy elevados, básicamente porque representan una entrada de material de alta calidad y gran cantidad", añade Martínez Orgado. Es el caso de, por ejemplo, el ingente volumen de papel y cartón que genera una gran superficie y que vuelve entrar en el sistema enviándose directamente a gestor de residuos sin que sea asimilado por la recogida domiciliaria de residuos urbanos. Sin embargo, en muchos casos, el volumen de residuos que se gestiona por esta vía es absolutamente desconocido por las Administraciones Públicas y, por tanto, no computa en las estadísticas de reciclado. "Para las administraciones conocer estos datos es muy importante ya que les es imprescindible para la correcta contabilidad de la generación y reciclado de residuos y, de manera muy especial, para el logro de los objetivos del reciclado del 50 % de los residuos para el año 2020", apunta Martínez Orgado.

A día de hoy el margen de crecimiento del reciclaje del residuo domiciliario es muy amplio. Por ejemplo, Palma recicla el 15 % del residuo generado mientras que otras localidades de Mallorca, como Artà, supera el 60. Una de las causas de tal disparidad es el sistema utilizado en la recogida de los residuos: mientras que en Artà se realiza el sistema del ´puerta a puerta´ en Palma se recogen los residuos mediante contendor. Un sistema, el de Artà, por el que se recoge una fracción de residuo al día, penalizando y premiando al ciudadano que realiza, o no, la selección correcta del residuo. Un sistema que catapulta el volumen de residuos que terminan reciclándose. Sin embargo, "la recogida selectiva puerta a puerta en España es incipiente ya que apenas se lleva a cabo en solo 150 municipios", relata Ignasi Puig Ventosa, director de proyectos de la consultora ambiental Ent. Pese a ser aún casos aislados todo apunta que es el camino a seguir para poder mejorar los ratios de reciclado. "Es posible que se haya llegado a una especie de techo de cristal del reciclaje voluntario del 40 %. Hasta que el ciudadano no vea que reciclar le sale ventajoso, no avanzaremos", añade Josep Maria Tost, ex director de la Agencia de Residuos de Catalunya.

Reparación y reutilización

"Aquí no tenemos cultura del mercado de segunda mano a diferencia de los países anglosajones o del norte de Europa", afirma tajante Tost. Un concepto, el de la reutilización, olvidada en la España actual. Todo ello pese a que la preparación para la reutilización aparece como el segundo escalón de la jerarquía de residuos por detrás de la prevención.

A día de hoy, la reparación y la reutilización es capitaneada por aquellas organizaciones denominadas empresas de economía social. Son aquellas que promueven la venta de productos de segunda mano, recuperados, a precios asequibles con el objetivo de posibilitar condiciones de calidad de vida mínimas a las personas con pocos recursos. Los residuos que actualmente se están aprovechando para su reintroducción son, básicamente, muebles, juguetes, cuadros, ropa, calzado, libros, electrodomésticos, ordenadores y televisores. "Lo que diferencia a los miembros de la asociación respecto a otros sectores es que para aquellos residuos que tienen potencial de reutilización, las organizaciones de la red priorizan siempre la preparación para la reutilización y la venta de segunda mano", asegura Arantxa Ramos, técnica de la Secretaría Técnica de la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS). El proceso estándar de gestión de las entidades de la red empieza con la recogida que se realiza de diferentes formas (puerta a puerta, contenedores en la calle, puntos limpios?). Después, todos los materiales recogidos se llevan a planta, se clasifican para seleccionar aquello que es susceptible de ser reutilizado, se reparan o acondicionan y el material reutilizable se pone a la venta en alguna de las más de 100 tiendas que dispone la red. "Aquello que no es susceptible de reutilización se envía a pretratamiento o a tratamiento de otros gestores autorizados para ello", añade Ramos. Una segunda vida, de lo que muchos consideran residuo, genera un doble beneficio más allá del ambiental. Por un lado, se realiza una inserción sociolaboral de las personas en situación vulnerable que componen la mayoría de la plantilla de estos centros. Por otro, se facilita el acceso a bienes de primera necesidad y a unos precios muy competitivos a un segmento de la población con bajos recursos. "Cada año, las entidades de la red gestionan cerca de 78.000 toneladas de residuos, cuentan con una superficie total para su gestión de 80.000 metros cuadrados y una facturación anual que ronda los 48 millones. Y no hay que olvidar que en 2013 dio trabajo a 1.746 personas y sus servicios de intervención social atendieron ese mismo año a 13.400 personas", recuerda Arantxa Ramos.

Sin embargo, el sector dedicado a la reparación y a la reutilización señala con el dedo las dificultades observadas para que el sector crezca en los próximos años. "Se está priorizando el reciclaje frente a la preparación para la reutilización y, por tanto, la falta de un soporte legislativo en las primeras fases de la jerarquía de gestión de residuos", señalan desde la asociación. Este hecho se añade al insuficiente reconocimiento por parte de las Administraciones Públicas al valor social de este sector. En particular, "la escasa aplicación de herramientas como las cláusulas sociales y las reservas de mercado y la poca responsabilidad por parte de las Administraciones a la hora de otorgar contratos públicos y de firmar convenios de gestión de residuos", añaden. Estos hechos se unen a las piedras en el camino que entorpecen la preparación para la reutilización, como las dificultades para el acceso al residuo, el escaso apoyo de los sistemas integrados de gestión a las labores de preparación para reutilización y "en el caso de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, la conocida obsolescencia programada".

Compartir el artículo

stats