El bueno de Tsipras ha dejado en fuera de juego a toda la defensa europea. Eso de convocar a la población para tomar decisiones les ha parecido nuevo a todos, acostumbrados como están a que, una vez que te han otorgado el poder en unas elecciones en las que procuraste engañar a la gente lo mejor que pudiste (de eso en este país sabemos un huevo), las decisiones las tomas tú y nada más que tú. Y eso de convocar a la gente para saber qué quiere es populismo peligroso propio de izquierdosos radicales. Esto es como si los pobres Rubalcaba y Rajoy hubieran tenido que convocar un referéndum para cambiar la Constitución cuando decidieron que eran más importantes los bancos que nuestras necesidades. Que seguro que no habríamos sabido votar, que somos tontos.
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Los puntos sobre las uves