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Memorias de la cocina

Se acaba la cocina de primavera

La cocina propia de primavera se acaba, especialmente si las temperaturas de algunos días de mayo fueron propias del mes de agosto, con la aceleración que ello ha supuesto en la maduración de los productos de la tierra. Por una parte aceleró la llegada de la fruta y hortalizas propias del verano y, por otra, espigan o maduran las de primavera.

Con la primavera nos habían llegado las patatas nuevas, las zanahorias, el apio, las alcachofas, las cebolletas, los ajos, los espárragos y muchos otros referidos a la tierra. Del mar, las caballas, los congrios, los boquerones, el bonito, la langosta (buena temporada la del 2015, según comentarios). Y, entre las carnes, la más apreciada fue siempre la del cordero lechal y sus derivados más asequibles, como la "freixura", una de las delicias de la cocina pascual.

Se vislumbran, ya a escasos días o semanas, los tomates, berenjenas o pimientos madurados al sol y al calor propios de nuestra isla que les confiere un sabor especial (al menos para los nativos) y frutas como las ciruelas, peras, uvas, melocotones.

Antes de llegar a la riquísima y práctica (más simple) cocina de verano, debemos exprimir al máximo aquellos productos que nos restan de la primavera. Uno de ellos, que ya está en las últimas es la alcachofa. Es posible que no tengamos que recurrir a las de importación, ya que en la isla hay grandes plantaciones.

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