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Memorias de la cocina

La calabaza, uno de los emblemas de la cocina pobre

La calabaza, uno de los emblemas de la cocina pobre

En la cocina popular de Mallorca existen una serie de alimentos que se utilizan en lo que venimos en llamar "cocina pobre", aunque a veces se nos conviertan en muy deseables: los arenques, las sopas, la calabaza y, años atrás, erizos y otras especies hoy protegidas.

Pero es posiblemente la calabaza la que simboliza más que ningún otro ingrediente una cocina pobre y austera, al tiempo que saludable y rica, si se prepara de la forma adecuada. Es, sin duda, una de las hortalizas del otoño e invierno más apreciadas para la preparación de platos habitualmente sencillos, dulces o salados, a los que aporta su cremosidad y su sabor suave y algo dulce.

Al decir que la calabaza pertenece a una cocina saludable tenemos en cuenta que estudios científicos recientes indican que una dieta rica en alimentos que contienen betacaroteno puede contribuir a reducir los riesgos de desarrollar ciertos tipos de cáncer, enfermedades del corazón y algunos aspectos degenerativos del envejecimiento. Sólo 49 calorías por una taza de producto cocido, además de tres gramos de fibra.

En nuestra cocina tradicional se utiliza con frecuencia para acompañar todo tipo de potajes (garbanzos, alubias, habas tiernas o secas, tartas, pasteles, fritos muy ricos de calabaza con col, con puerros o con espinacas, "raoles", "carabassat" y riquísimas y suaves cremas de calabaza, entre otros muchos platos.

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