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Sociedad

Recuperar la sonrisa

Moustapha y Solei ya están en Mallorca a la espera de pasar por quirófano para que les reconstruyan sus rostros mutilados por el noma. De nuevo la Fundació Campaner ha obrado el milagro

Recuperar la sonrisa

Se comportan igual que cualquier niño de su edad. Corren, ríen, se inquietan cuando se aburren y preguntan por todo aquello que no entienden. Son felices y aún no saben lo afortunados que fueron cuando se encontraron con el mallorquín Pep Campaner y toda su fundación en Níger. Solei y Moustapha –más conocido como Mata– ya están en la isla a la espera de una operación de cirugía estética que les devuelva lo que un día el noma se llevó.

"Estoy bien, contenta", dice en un perfecto francés la pequeña Solei. Su historia, aunque dura, es común en ese gran país del África occidental que ostenta el triste privilegio de ser el lugar más pobre del mundo. Con cuatro años sus padres la abandonaron al descubrir cómo su rostro se mutilaba a causa de la enfermedad. La falta de higiene y una mala alimentación hicieron posible que la bacteria avanzara con fuerza devorando las partes blandas de su cara. "Afortunadamente la recogimos a tiempo y en tan sólo ocho días de tratamiento con penicilina conseguimos controlar el avance del noma", explica a este periódico Pep Campaner. Tras recuperarse, Solei comenzó a ir a la escuela, empezó a labrarse un futuro que hoy, a sus nueve primaveras, parece garantizado. "No nos dedicamos sólo a curarlos. Queremos ofrecerles la posibilidad de que salgan adelante, de que tengan una vida digna".

El caso de Mata fue bien distinto, mucho más cruel. Por eso es para todos los voluntarios de la Fundación casi como un milagro. Cuando lo encontraron tenía 8 años y pesaba cinco kilos. Su aspecto era el de un esqueleto con apenas una capa de piel. No hablaba, no caminaba, le costaba respirar. "Realmente no teníamos muchas esperanzas pero había que darle la oportunidad de luchar como hacemos con los demás niños". Y vaya si lo hizo. Pasó dos años casi en coma, recibiendo alimentación mediante una sonda y engordando gramo a gramo. Hace tan sólo un año que ha vuelto a andar y aunque aún no puede subir solo las escaleras su evolución es fascinante.

Superado lo más duro, estos dos pre-adolescentes se enfrentan ahora a otro momento importante de su vida, una nueva cita con el quirófano para intentar que les reconstruyan las partes de su cara más afectadas. Por eso están aquí en la isla, en la casa mallorquina que el matrimonio Campaner tiene en Inca y que se convierte en la base de operaciones. Llamadas a los médicos que realizarán las intervenciones –todas de manera altruista– y resolución de todo el papeleo. "Es la parte menos agradable". La operación de Solei probablemente se realice en Barcelona. Allí, los doctores García y Martí remodelarán la mandíbula y la dentadura aunque ya saben, gracias a la experiencia de anteriores casos, que la recuperación total es imposible. "No podrá abrir la boca por completo nunca pero eso no es impedimento para que lleve una vida absolutamente normal", cuenta Campaner. La operación de Mata, que se llevará a cabo en la Policlínica Miramar bajo la supervisión del doctor Sa Torre, se centrará en la zona cercana a su ojo derecho. Afortunadamente, no ha perdido visión.

Una década de trabajo

La Fundació Campaner nació en el año 1996 gracias al impulso de Pep Campaner y Marilena Navarro. En todo este tiempo de trabajo en Níger han tratado a cientos de niños y han evitado decenas de muertes a causa del noma. Pero su lucha va más allá. Han logrado abrir pequeños centros hospitalarios, conceden microcréditos a las mujeres y han montado una escuela que en la actualidad cuenta con 314 alumnos. Pero la crisis y la falta de socios amenaza su proyecto. "Todos estos niños se merecen una oportunidad, volver a sonreír".

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