El gris asfalto hacía las veces de alfombra roja, esa que se extiende para los grandes estreno cinematográficos. Y éste no era menos. Conocía de antemano la buena acogida del público y, aunque los críticos ya habían desvelado algunos fallos, el éxito estaba más que garantizado. No importó pasar la noche a la intemperie, ni soportar una larga cola si al final caía en las manos. Ayer llegó a Mallorca el revolucionario iPhone 3G de Apple. Algo más de medio centenar de isleños lo disfrutan ya en casa.

Diez en punto de la mañana. Un pequeño encierro de los Sanfermines a las puertas de El Corte Inglés de Avenidas y Jaime III, punto de venta oficial de Movistar (operador que ha adquirido los derechos en exclusiva de este modelo) y único establecimiento en la isla que ayer puso a disposición de sus clientes las primeras 75 unidades de este nuevo teléfono móvil. "En principio, pensábamos que dispondríamos de un mayor stock pero no ha sido posible", informaban desde el gran almacén. "Eso sí, recibiremos más a lo largo de los próximos días, por lo que se admitirán reservas".

Carreras por las escalerillas mecánicas, sprint final tras la apertura de las puertas del ascensor, algún que otro empujón y tensa espera. Todo en orden y cada uno con un número. "Llevo año y medio esperándolo, informándome de sus prestaciones, leyendo la opinión de los expertos. Para mí es perfecto", cuenta Marc Ostendorp, un chaval de 19 años que había pasado la noche frente a una tienda de telefonía y que, para su sorpresa, "no había recibido el iPhone. He tenido que venir corriendo para acá".

Ese es el perfil del cliente que busca la casa. Jóvenes, perfectamente incorporados al mundo tecnológico y con ganas de ir a la última. La crisis a ellos no les afecta. "Yo no he ahorrado nada. Me lo puedo permitir porque trabajo desde hace tiempo", explica Albert Morlà, de 21. Haciendo números de manera rápida, este ´capricho´ supondrá un desembolso bianual superior a los dos mil euros. "Tanto si es ya es cliente del operador como si es un alta nueva, todos tienen que pagar los 25 euros más iva del consumo mínimo de datos y voz. A eso hay que sumarle la tarifa plana más las llamadas que se realicen... unos 85 euros mensuales, terminal a parte", explica uno de los vendedores a un muchacho algo despistado, un raro ejemplar pues todos llevaban bien aprendida la lección.

"Si no he contado mal, creo que podré conseguir uno", desvelaba entre la esperanza y la duda Sara Álvarez cada vez que desaparecía una caja del mostrador. "Es como un ordenador portátil pero en miniatura con el que se puede hacer de todo: escuchar música, navegar por la red, hacer fotos, ver vídeos..." Multitud de prestaciones que, de momento, sólo disfrutan unos cuantos y sólo tras llegar a casa. Para activarlo hacía falta un ordenador y la descarga de un programa. Pocas pantallas táctiles se iluminaron a primera hora.