Toni Roig siempre fue un luchador, un conservador de la tradición musical de los Països Catalans hasta el último de sus días. Ayer domingo, veinticuatro horas después de la presentación de su último disco al frente de Al-Mayurqa, grupo de folk con raíces revolucionarias que se dio a conocer en 1994, fallecía en Palma, a los 61 años de edad.

El cantante, compositor e instrumentista, defensor de la cultura y el patrimonio mallorquín, recibirá un homenaje el próximo martes en el claustre de La Real, el monasterio por el que tantas veces cantó, "amenazado por la especulación y la corrupción", decía, dos males contra los que alzó su voz en público, siempre valiente, una de las virtudes que le definía como persona. El acto cívico está programado para las nueve de la noche.

Temps de Revolta fue su última creación, un álbum crítico con los políticos conservadores, los mismos que jamás le contrataban -con contadas excepciones-, y a los que advertía: "No nos haréis callar", una de las frases que podía escucharse en cada uno de sus conciertos. Como el que ofreció el pasado viernes en el Teatre Lloseta, escenario de la presentación del citado disco, el sexto con Al-Mayurqa.

Roig defendió sus ideas contra viento y marea, hormigón e ignorancia, y a pesar de la fiebre, como la que le sobrevino tras el recital de Lloseta. El sábado era hospitalizado en Son Llàtzer, donde falleció.

Toni -así consta en su DNI tras años de lucha- Roig nació en la barriada palmesana de Son Coc en 1946. Tras estudiar Bellas Artes y piano se especializo en el folk, creando en 1994 Al-Mayurqa, grupo mallorquín que tuvo sus precedentes en Els Calafats y Sa Revetla. Projecte roig fue su primera entrega, un cedé basado en el aggiornamento de los ritmos y melodías tradicionales baleares, con temas propios y textos líricos y reivindicativos.

"Una xeremia puede parar una autopista. La música es el idioma de los sonidos, que los irlandeses y los árabes utilizaban como arma de guerra psicológica", dijo en una de sus últimas entrevistas aparecida en DIARIO de MALLORCA en julio de 2006.

Francesc Antich, en nombre del Govern; y el ayuntamiento de Palma expresaron ayer su pésame por su muerte. En un comunicado, el ejecutivo autonómico resaltó que Roig dedicó su "actividad creativa" a la recuperación del romancero popular de las islas y a la composición de una música "reivindicativa, satírica y arraigada" en la comunidad, donde acompañó "las fiestas de miles de mallorquines".

Por su lado, el consistorio palmesano lamentó el fallecimiento de este ciudadano "ilustre". A juicio del ayuntamiento, la labor de Roig es un ejemplo de lo que "debería ser la política cultural y la política en general de la corporación. Sólo desde la seguridad se puede conservar la tradición".

Cort destacó también que el músico "permaneció fiel a sus raíces y las modernizó".