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La fiesta de la Eucaristía volvió fiel a sus costumbres

Centenares de personas celebraron el Corpus Christi en Palma asistiendo a la tradicional misa oficiada en la Catedral por el Obispo de Mallorca y siguiendo la procesión encabezada por los ´cossiers´ y ´cavallets"

Sesenta días después del domingo de Resurrección, como manda la costumbre, Palma celebró su particular Corpus Christi, la fiesta de la Eucaristía, la memoria de la presencia del Cristo resucitado en el pan y vino consagrados en la celebración de la misa.

Como buena y asentada tradición, todo estaba previsto para repetir, punto por punto, el ritual que desde el siglo XIV acuden a contemplar centenares de fieles. Y así fue. Los asientos de La Seu se fueron ocupando desde primeras horas de la tarde con vistas al inicio del ceremonial religioso, previsto para las 17.15 horas, con la exposición del Santísimo y el Canto de vísperas en el coro.

A las 18.00 horas, con la nave central del templo abarrotada, y tras ser anunciada por el tañir de las campanas, el Obispo de Mallorca, Monseñor Jesús Murgui, dio inicio a la solemne misa que todos los años se oficia con motivo de esta festividad. Desde la recién bendecida Capilla del Santísimo, Murgui ensalzó la importancia de la celebración "del mayor sacramento de todos", una costumbre "casi tan antigua como la propia Catedral". En primera fila, parte del público, se pudo ver a Catalina Cirer, alcaldesa en funciones, junto a otros cargos políticos destacados como Francisca Bennàsar, Margarita Ferrando, Carlos Veramendi o Catalina Terrassa.

Tras la liturgia, concluida con las mismas palabras utilizadas el año pasado para celebrar el séptimo centenario de la basílica, y después de que los feligreses tomaran la comunión, la puerta Mayor de La Seu se abrió para dar inicio a la tradicional procesión del Corpus. Los primeros en salir a la calle, a las 19.15 horas, los Tamborers de la Sala, cabeza de la comitiva, y que de una manera elegante bordearon el manto de flores y ramas de murta colocado en la puerta del templo. Fuera, mucho público, olor a incienso y los tradicionales cossiers y cavallets, que no tardaron en sumarse a la fiesta al compás de tambores y xeremies.

Tras ellos, las Banderolas y la Lledània -cruz monumental recubierta con flores de cera-, auténtica cabeza de la marcha religiosa, los fieles, las Insignias de la Catedral Basílica, el Clero, el Cabildo y la presidencia del Obispo de Mallorca. Finalmente, a las 19.35 horas, y tras ser anunciada por el repicar de la mayor de las campanas de La Seu, n´Eloi, hizo acto de presencia la Custodia con el Santísimo, el cuerpo de Cristo, entre numerosos aplausos. Se arrancó también entonces la Banda Municipal de Música de Palma con el Crist Triomfant.

Calle del Palau Reial, del Mirador, del Palau, de Sant Pere Nolasc, d´en Morey, Plaza de Santa Eulàlia, de la Cadena y Plaza de Cort (donde otro manto de flores esperaba) fue el recorrido de una procesión que terminó en el mismo lugar donde empezó.

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