Regresa el silencio al Teatre Principal, o dicho de otro modo, vuelve el ruido de martillos, el desfile de técnicos y operarios, y el olor a pintura. El Consell de Mallorca elude el término "cierre", pero lo cierto es que el edificio de la calle de la Riera entra en un largo paréntesis, hasta septiembre, mes en el que retomará su programación. Mes y medio después de su reapertura, la dirección ha decidido que los próximos meses son los más idóneos para solventar las deficiencias detectadas en las representaciones llevadas a cabo desde abril. El frenazo apenas ha afectado a la programación, porque ésta no estaba diseñada, aunque el Festival Jazz Voyeur ha visto cómo uno de sus conciertos, uno de los más esperados, ha sufrido las consecuencias y tendrá que celebrarse en otro espacio.

Las intervenciones que se realizarán durante junio, julio y agosto serán de carácter "menor" e irán a cuenta de los veintiún millones de euros de presupuesto que costaron los equipamientos y las obras acometidas en los últimos años. Según explicó José Luis Alonso, director técnico, el Teatre Principal "tardará un tiempo en adaptarse a su nueva situación", como también lo hicieron en sus reaperturas el Real o el Liceo. "Ellos también abrieron con un estreno y luego cerraron para ver qué se podía mejorar. Es algo normal", añadió.

Lo que es anormal es que estas reparaciones hayan afectado a la programación, provocando una sensación mezcla de sorpresa y malestar entre los responsables del Jazz Voyeur. Este festival tenía previsto celebrar el concierto más importante de este año, el de San Francisco Jazz Collective -un verdadero "todo estrellas" que ha sido designado como el mejor grupo de 2006- en el Principal, aunque al final se ha tenido que trasladar al patio de La Misericòrdia.

En cualquier caso, según Alonso, el teatro está perfectamente preparado para seguir albergando representaciones, sean del género que sean. "La respuesta del edificio ha sido muy buena, para nada catastrófica", afirma. Los reajustes afectarán a los más de setenta kilómetros del sistema de cableado, ascensores, aire acondicionado, alarmas contra incendios, palcos -a los que se dotará de cerraduras- y algunas sillas de platea, las más próximas al escenario.

"No es ningún cierre, porque el teatro sigue funcionando, aunque sin programación", declara la consellera insular de Cultura Dolça Mulet. "Los malpensantes que dicen que reabrimos en abril por intereses electorales están muy equivocados. Esto es un parón normal. Cualquier teatro, cuando acaba la temporada, remata los detalles. Y lo hacemos únicamente porque queremos que el teatro quede perfecto", aseguró.

Mulet se vanaglorió de haber logrado una "programación variada, con música, exposiciones y poesía", y negó que se hayan hecho "las cosas con prisa". En su opinión, Palma puede estar orgullosa de tener "el teatro más moderno de España porque es el último que se ha hecho con nuevas tecnologías".

El Teatre Principal reabrió sus puertas el pasado 20 de abril con un espectáculo musical en el que participaron los músicos de la Orquestra Simfònica, los coros del Principal y el pianista Ivo Pogorelich. Ya aquel día, el gerente Gabriel Coll tuvo dificultades para adelantar actos de la programación de una temporada que, con el tiempo, se ha visto que era inexistente más allá de las elecciones. Los dos únicos espectáculos que adelantó se escenificarían en el Principal han sido trasladados a otro espacio, La Misericòrdia. Es el caso del citado San Francisco Jazz Collective y la ópera de Puccini Turandot, producción de la Fundació Teatre Principal, que se representará los días 29 de junio y 1 de julio.

"En verano nunca se ha programado nada en el Principal", afirmó ayer Dolça Mulet, quien aseguró que su equipo ya está trabajando de cara al 2008 y 2009. De la 2007/08, que arrancará en septiembre, posiblemente con el acto institucional de la Diada, empiezan a cerrarse contrataciones. El día 18 de septiembre la compañía de danza y teatro visual Au Ments celebrará su décimo aniversario. Semanas después el festival Música Mallorca se instalará en el Principal, que también será escenario de las representaciones de Un hivern a Mallorca, obra de Biel Cerdà a partir del libro homónimo de Georges Sand; y Siau Benvingut!, de Alexandre Ballester. La oferta conocida hasta la fecha se completa con funciones de zarzuela y un concierto a cargo de Chick Corea enmarcado en el Jazz Voyeur.