El coreógrafo Víctor Ullate es uno de los nombres más conocidos de la danza contemporánea en España. "La danza es un lenguaje universal. Para entenderlo, no es preciso ser un gran conocedor. Sólo se requiere saber percibir lo que te llega al corazón".

Ullate es un habitual de la Temporada de Ballet de Mallorca. El próximo mes de junio llevará a la isla su nuevo espectáculo, El Sur. "El público de Palma es encantador y muy sensible al arte", juzga el bailarín.

Elogios

El responsable del Ballet Ullate también se deshace en elogios a su maestro, Maurice Béjart, que presenta Le presbytère en el Auditòrium el viernes y el sábado de la semana que viene. Es un montaje inspirado en dos víctimas ilustres del sida, como Freddie Mercury y Jorge Donn. Con su combinación basada en música de Mozart y Queen, la obra cosecha éxito tras éxito desde su estreno en 1997.

Durante catorce años, este coreógrafo zaragozano fue uno de los bailarines de Béjart: "Maurice Béjart es un genio de la danza. Ha sido una persona muy importante en mi vida. Con él, salí de España, con una mentalidad muy cerrada, y aprendí a vivir con libertad mental y espiritual. A abrirme en muchas facetas. Una mente abierta te hace moverte mejor. Salir con Béjart era como viajar con un estandarte, un símbolo de la danza. Te impregnabas de su manera de ver las cosas, de una manera que los jóvenes bailarines no pueden entender, porque no pasan tanto tiempo en una compañía como era habitual antes".

Sobre la situación actual de la danza en España, cree que el origen de los problemas no radica en la falta de público. "No veo que el principal sea la falta de público, porque existe, sino la falta de interés que demuestran por ella los políticos".

Explica todo eso a pesar de su orgullo por la concesión del Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2005 a la bailarina Tamara Rojo, que se formó en su escuela de danza. "Para mí supone un gran honor, he sentido una alegría como si me lo hubiesen dado a mí". Su receta sobre la vida: "Disfrutar el momento".