Dime qué souvenir compras y te diré quién eres...o de lo que careces.

La aparentemente sencilla tarea de intentar elegir un objeto de regalo que sintetice la esencia del lugar de donde proviene puede llegar a convertirse en todo un dilema existencial e incluso en una aventura, si se tiene en cuenta que en una de esas tiendas para los viajeros que surgieron con el boom turístico de los sesenta, se puede llegar a encontrar de todo para toda clase de personas.

Desde el típico y decorativo platito de loza hasta la sencilla y práctica camiseta, pasando por una larga lista de artilugios inútiles que ocuparan perennemente un lugar en la estantería de casa.

Abanicos, muñecas, marcos de fotos, postales, camisetas, toallas, bandejas de plástico, estuches, bolsos y así hasta el infinito, todo vale con tal de que el objeto de regalo lleve estampado y a la vista, por supuesto, el nombre del lugar de procedencia, que en este caso es Mallorca (aunque bien podría ser cualquier otro sitio del mundo) aunque no toque ni de lejos la esencia de la isla.

Da igual que en el reverso se lea "made in Taiwan" o "made in China", lo importante es lo importante, y mientras ponga Mallorca, lo demás importa poco.

La mayoría de los propietarios de las tiendas donde se venden souvenirs coinciden al asegurar que los turistas, sobretodo los de procedencia extranjera, no suelen pedir ningún tipo de ayuda ni de recomendación a la hora de realizar sus compras, "Los extranjeros van por libre y compran todo tipo de cosas. En cambio los españoles nos piden consejo a menudo" comenta Magdalena Umberts, dueña de Malgrats, uno de los souvenirs más antiguos de Palma, situado en la cuesta del teatro, uno de los lugares más visitados por los turistas.

Así pues, la selección del objeto de regalo dependerá también de la procedencia de quien lo elija.

Paradójicamente, los italianos suelen ser los que menos se molestan en averiguar cuál es el objeto más típico de la isla, y se inclinan más por englobar el recuerdo en algo 'español', por lo que acaban llevándose a casa el traje de faralaes, la parejita flamenca, o bien el toro de Osborne. "La mayoría de los italianos nos piden castañuelas o sombreros mexicanos", añade Magdalena.

Sorprendentemente, los alemanes son los más interesados en la artesanía mallorquina y aquellos que más se preocupan por regalar los souvenirs más típicos.

Tanto los siurells, como los collares de perlas de Manacor son dos de los recuerdos más socorridos a los cuales los germanos suelen echar mano en multitud de ocasiones a la hora de gastarse dinero en regalitos para el prójimo.

Los dueños de los souvenirs más antiguos de toda Palma cuentan con cierta añoranza que años atrás las cosas eran distintas. Casi medio siglo ha pasado desde aquella espléndida etapa en la que millones de extranjeros aterrizaban en la isla dispuestos a gastarse los ahorros de todo un año en regalos para toda la familia. Era la época dorada de los souvenirs, nada que ver con el panorama de hoy en día.

Los propietarios de las tiendas se quejan de que los extranjeros cada vez tienen menos dinero para gastarse en estas cosas, y todos coinciden en que al final acaban llevándose lo más barato: bisutería, postales, camisetas...

Un gran número de estas pintorescas tiendas comparten la misma oferta de artículos. Los platos y las camisetas están a la cabeza en la lista de artículos más ofertados y vendidos, aunque también ocupan los primeros puestos entre los menos originales.

Una de las escasas novedades surgió hace tan solo dos o tres temporadas. Se trata de unas curiosas postales-receta escritas en cuatro idiomas diferentes (entre ellos el mallorquín) con las que además de enviarle recuerdos a los seres más queridos, puedes incluso hacerles llegar algunas de las delicias culinarias más típicas de la isla. A partir de ahora será posible degustar una deliciosa empanada o cualquier otro plato de la gastronomía mallorquina al otro lado del charco, por tan solo treinta céntimos.

Entre la variada clientela de estas tiendas, abundan los también los más pragmáticos que eligen como objeto de regalo la sencilla y tradicional camiseta."Alguien que me quiere mucho me ha traído esta camiseta de Mallorca". Puede que le quiera con locura pero fue muy poco original cuando eligió el regalo, ya que ésta es la inscripción más leída en los souvenirs de medio mundo.

Ardua labor la de escoger un obsequio que, con el tiempo, te recuerde al lugar donde un estuviste un día. Quizá, el mejor souvenir sea venir y darse un paseo por alguna de las paradisíacas playas de la isla o disfrutar de la mejor vista de la Catedral, sentado en una terraza a la orilla del mar.